En la cuarta temporada de «La Casa de los Famosos», el amor y el romance encontraron un inesperado protagonismo. Rodrigo Romeh, el primer finalista del reality, recibió una visita especial de Ariadna Gutiérrez, exconcursante y compañera del Cuarto Tierra.

La química entre ambos fue evidente durante una cena privada que compartieron, sin interrupciones, dejando a los espectadores intrigados por el futuro de esta incipiente relación.

Durante la cena, Romeh y Ariadna recordaron los últimos días de la modelo en la casa. Rodrigo confesó sentirse devastado por la eliminación de Ariadna, mientras que ella explicó que, aunque deseaba llegar a la final.

La salida de La Divaza la dejó sin motivación para continuar en el show. Esta honestidad permitió a ambos profundizar en sus sentimientos y experiencias vividas en el reality.

A pesar de que el resto de los concursantes pudo observar brevemente la interacción entre Romeh y Ariadna, la transmisión se interrumpió, permitiéndoles hablar en privado.

Este momento de intimidad permitió a la pareja explorar sus sentimientos sin la presión de las cámaras, generando un ambiente propicio para la conexión emocional.

Tras la cena, Romeh regresó a las instalaciones del reality y compartió algunos detalles de la conversación con sus compañeros.

Reveló que Ariadna no tiene novio y que ambos han planeado verse fuera de la casa para conocerse mejor. Este detalle dejó abierta la posibilidad de que su relación florezca más allá del programa, emocionando a sus seguidores.

Rodrigo confesó a Maripily que sintió «maripositas» en el estómago al hablar con Ariadna, mostrando su interés genuino en iniciar algo más serio con la modelo.