La gestión de la herencia de Jenni Rivera ha sido objeto de intensa especulación y controversia, especialmente en relación con quiénes han sido los beneficiarios de su considerable fortuna.

Tras el fallecimiento de la «Diva de la Banda» en un trágico accidente aéreo en 2012, surgieron interrogantes sobre la distribución de sus bienes y cómo esto afectó las relaciones dentro de la dinastía Rivera.

Lupillo Rivera confirma que sus hermanos solo le hablaban a Jenni Rivera y a él para pedirles dinero.

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En particular, se ha cuestionado si los hermanos de Jenni Rivera se vieron favorecidos económicamente después de su muerte.

Lupillo Rivera, hermano de Jenni, ha compartido que él y su hermana eran quienes respaldaban económicamente a varios de sus parientes antes de la partida de Jenni.

Esta revelación plantea interrogantes sobre cómo se manejaron los recursos y quiénes asumieron roles financieros clave dentro de la familia.

La situación se volvió más compleja debido a las percepciones de algunos miembros de la familia respecto a cómo se manejaron los negocios y activos dejados por Jenni.

Chiquis Rivera, hija de Jenni, junto con sus hermanos, ha enfrentado desafíos y tensiones con otros miembros de la familia Rivera en medio de la incertidumbre sobre el legado financiero de su madre.

Además, las decisiones sobre la administración de la herencia han llevado a divisiones internas.

Con disputas sobre quién debería ser responsable de ciertos aspectos y quién debería beneficiarse de las inversiones y propiedades dejadas por Jenni.