Meche Carreño fue una figura icónica del cine mexicano, cuya vida y carrera están marcadas por la pasión, el arte y la tragedia. Nacida como María de las Mercedes Carreño en Minatitlán, Veracruz, el 15 de septiembre de 1947, Meche comenzó su camino hacia la fama en los años 60. Su presencia en el mundo del entretenimiento se consolidó cuando fue reconocida como la “chica monokini”, simbolizando la liberación de una época que buscaba nuevas formas de expresión.

A medida que se adentraba en la actuación, Meche se formó en la Academia Andrés Soler, donde pulió su talento. Su debut en el teatro llegó en 1964 con “El hombre y su máscara”, y rápidamente hizo la transición al cine, participando en películas que capturaron la atención del público. Su matrimonio con el fotógrafo José Lorenzo Sakani en 1966 trajo consigo la promesa de una colaboración fructífera, aunque pronto se tornó en una pesadilla.

El año 1967 fue crucial para su carrera, pues protagonizó “Damiana y los hombres”, una película que no solo la catapultó a la fama, sino que también destacó su habilidad como escritora al coescribir el guion. A pesar de las críticas mixtas, la película la convirtió en un símbolo sexual del cine mexicano. Durante su carrera, tuvo el privilegio de trabajar con grandes de la época de oro del cine, fortaleciendo su reputación.

Su colaboración con el legendario Emilio “el indio” Fernández en “La choca” en 1974 marcó un hito en su carrera, llevándola a recibir el prestigioso premio Ariel. Los años 70 fueron su apogeo, donde se destacó no solo por su sensualidad, sino también por abordar temas sociales tabú a través de su arte. En películas como “La mujer perfecta”, exploró las luchas de su propia vida, reflejando su identidad y desafíos personales.

A pesar de su éxito, la vida de Meche estuvo marcada por la tragedia. Su relación con el infame jefe de policía Arturo “el negro” Durazo se tornó peligrosa tras su rechazo a sus avances. Esto la llevó a huir a Estados Unidos, buscando refugio de la obsesiva persecución de Durazo. Esta experiencia resonó con otras estrellas de la época, que también enfrentaron amenazas similares.

Meche también tuvo una relación especial con Juan Gabriel, quien la eligió para protagonizar el video musical de su famosa canción “He venido a pedirte perdón”. Su actuación deslumbrante en un minivestido rojo combinó la sensualidad con una audaz ruptura de las normas sociales de la época.

En resumen, Meche Carreño no solo fue una estrella del cine, sino también una pionera que utilizó su arte para desafiar las normas sociales, reflejando sus propias luchas y la de muchas mujeres de su tiempo. Su legado perdura, recordando tanto sus triunfos como las sombras que la acompañaron a lo largo de su vida.