En el mundo laboral, sobre todo en sectores con dinámicas complejas como el de la promoción o el entretenimiento, la línea entre lo profesional y lo personal puede ser difusa. Esto se ve claramente en el testimonio de Lilia, quien a sus 35 años dirige a un grupo de promotoras, entre ellas Vianey, una joven de 23 años a quien ha aconsejado, entre otras cosas, “buscar un buen partido” para asegurar un buen futuro. Aunque Lilia se presenta como una amiga y mentora, sus consejos revelan una actitud problemática que pone en evidencia cómo se puede cosificar a las personas, y en especial a las mujeres, en ambientes laborales donde las relaciones de poder y las expectativas sociales se entrelazan.

El Consejo de “Buscar un Buen Partido”: Cosificación y Visión Materialista

Lilia quiere que Vianey asegure su futuro con un hombre

Lo primero que destaca en las declaraciones de Lilia es su sugerencia a Vianey de “buscar un buen partido”. Este consejo, lejos de ser inocente, refleja una visión materialista y cosificadora de las relaciones humanas. Lilia, en su intento de ser una amiga y una jefa comprensiva, le sugiere a Vianey que se enfoque en encontrar a alguien que pueda proveerle bienes materiales, como ropa, zapatos o incluso lujos. Este tipo de consejo es sumamente problemático, ya que reduce a las personas a objetos de consumo y plantea la idea de que el valor de una mujer puede medirse por lo que un hombre le pueda ofrecer.

Más allá de que Lilia lo considere como un simple “consejo de amiga”, lo que está promoviendo es un patrón de pensamiento en el que las mujeres buscan relaciones no por amor o respeto mutuo, sino por conveniencia material. Este enfoque no solo degrada a las mujeres, sino que también perpetúa estereotipos dañinos sobre lo que deben ser las relaciones de pareja. Lilia misma parece haber internalizado este concepto, pues, a pesar de afirmar que su consejo se basa en la amistad, también lo hace desde una posición de poder: ella es la jefa, con una cierta autoridad sobre Vianey, lo que hace que su consejo sea aún más complicado y, en muchos casos, difícil de cuestionar para las jóvenes que la escuchan.

El Riesgo de la Influencia Jerárquica en los Consejos Personales

El contexto en el que Lilia emite sus consejos es especialmente delicado. Como jefa y amiga de Vianey, Lilia tiene una posición de influencia significativa. Las jóvenes que trabajan bajo su tutela no solo la ven como una superioridad jerárquica, sino también como una figura de referencia en su vida personal. Esto hace que sus consejos, aunque supuestamente bienintencionados, se perciban como imperativos, y las empleadas pueden sentirse presionadas a seguirlos, incluso si no coinciden con sus valores personales.

Este tipo de asesoramiento no solo afecta la relación entre jefa y empleada, sino también la autoestima de las trabajadoras. Si una joven como Vianey sigue este consejo de “buscar un buen partido”, puede comenzar a ver las relaciones de pareja como una transacción, más que como una unión basada en el amor, el respeto y la comprensión mutua. Esto puede influir en su desarrollo personal y profesional, ya que, en lugar de fomentar una visión saludable de las relaciones, se le está enseñando a poner en primer lugar la conveniencia material sobre cualquier otro valor.

La Visión de Lilia: ¿Una Jefa, Amiga o Mentora?

El consejo de Lilia también deja entrever una percepción muy problemática sobre lo que significa ser una “buena amiga” o una “buena jefa”. Si bien Lilia afirma que está dando consejos en su rol de amiga, la línea entre la jefatura y la amistad se diluye. En su posición como jefa, Lilia tiene una responsabilidad ética y profesional de guiar a sus empleadas de manera adecuada, evitando que se vean influenciadas por valores que podrían ser perjudiciales para su desarrollo personal y profesional.

Sin embargo, lo que Lilia parece no entender es que ser amiga de alguien no significa fomentar decisiones que puedan poner en riesgo la integridad emocional y psicológica de esa persona. Un verdadero consejo de amiga se basa en la autenticidad, el respeto y el cuidado, y no en sugerir que alguien elija una pareja por su capacidad económica o material. Las verdaderas amigas deberían motivarse mutuamente a ser mejores personas, a seguir sus sueños y a no conformarse con relaciones que solo ofrezcan beneficios superficiales.

La Cosificación de las Mujeres en el Trabajo

Este tipo de consejos no es un caso aislado, y es importante reflexionar sobre el contexto más amplio de la cosificación de las mujeres en el ámbito laboral. Lilia, aunque no lo admite abiertamente, promueve una cultura en la que las mujeres pueden ser vistas como objetos de deseo o, peor aún, como fuentes de ingresos o regalos para los hombres. Esta mentalidad es dañina, tanto para las mujeres que la internalizan como para aquellos que la promueven, ya que perpetúa la idea de que el valor de una mujer depende de lo que los demás, particularmente los hombres, puedan proporcionarle materialmente.

Es necesario que los lugares de trabajo, especialmente aquellos en los que las mujeres tienen un papel destacado, fomenten una cultura de respeto y autonomía. El consejo de Lilia no solo desvalora a Vianey como persona, sino que también promueve una mentalidad que reduce a las mujeres a meros accesorios de un sistema económico y social patriarcal. Las mujeres no deben ser vistas como “proveedoras de placer” o “buscadoras de patrocinadores”; deben ser respetadas y apoyadas en su camino hacia la independencia y el empoderamiento.

Reflexión Final: Empoderamiento vs. Cosificación

La discusión sobre los consejos de Lilia pone en evidencia una problemática más profunda sobre las expectativas sociales y la forma en que las mujeres a menudo son vistas dentro de ciertos entornos laborales. Es fundamental que, tanto en el ámbito profesional como en el personal, las mujeres sean valoradas por su inteligencia, habilidades y capacidad para tomar decisiones autónomas, y no por su capacidad para atraer o ser “patrocinadas” por un hombre.

Si realmente se quiere construir un futuro más equitativo, es necesario que tanto los hombres como las mujeres se apoyen mutuamente en su desarrollo personal y profesional, fomentando relaciones basadas en el respeto, el apoyo mutuo y el crecimiento. Los consejos como los que Lilia ofrece a Vianey no hacen más que perpetuar una visión retrógrada de las mujeres, y es responsabilidad de todos y todas rechazar estos enfoques para construir una sociedad más justa y respetuosa.