Alejandro Sanz, el famoso intérprete de Corazón partido y uno de los artistas más queridos en el mundo de la música, no solo es un ícono en el escenario, sino también un orgulloso padre de cuatro hijos que tienen personalidades y caminos muy diferentes. Desde los reflectores hasta las aulas escolares, cada uno de ellos ha tomado su propio rumbo, marcando su estilo.

Manuela, la amante de la moda
Manuela, la primogénita de Alejandro Sanz, llegó al mundo en el año 2001, fruto de su relación con la modelo y actriz mexicana Jaydy Michel. Aunque nació en Madrid, hoy vive en México y se ha mantenido alejada de los focos de la música. ¿La razón? Manuela tiene su corazón puesto en el mundo de la moda.
Aunque Manuela ha mostrado un talento natural para tocar el piano, parece que el gen musical no la atrapó del todo como a su padre. Lo suyo es el diseño y la creación, un reflejo de su pasión por plasmar su estilo en cada pieza de ropa que produce. Su historia demuestra que la creatividad se puede heredar, pero cada uno la expresa a su manera.

Alexander, el heredero musical
Alexander, el segundo hijo de Alejandro, nació en 2003 como resultado de una relación breve entre el cantante y Valeria Rivera, una diseñadora puertorriqueña. La noticia de su existencia no salió a la luz hasta años después, pero desde entonces el joven ha demostrado que comparte con su padre algo muy especial: el amor por la música.

El joven ha acompañado a su famoso padre en algunas giras tocando el trombón, una experiencia que parece haberlo inspirado a seguir un camino profesional dentro de la industria musical.

Dylan y Alma: Los más pequeños del clan

Dylan y Alma son los más jóvenes de la familia y los hijos del matrimonio entre Alejandro Sanz y Raquel Perera. Dylan nació en julio de 2011 en Nueva York y, aunque todavía es un niño, ya llama la atención por su gran parecido físico con su padre. Está enfocado en sus estudios y vive bajo el cuidado atento de sus padres, quienes se han asegurado de darle una infancia lo más normal posible, a pesar de la fama que rodea a su familia.

Por otro lado, Alma, llegó en 2014 en Madrid, y como su hermano mayor, está en la etapa escolar. Tras el divorcio de Alejandro y Raquel en 2019, la familia se reorganizó, y Raquel tomó la decisión de mudarse de Miami a Madrid para que los niños pudieran tener cerca a su padre. Tanto Dylan como Alma disfrutan de pasar tiempo con Alejandro, demostrando que los vínculos familiares son una prioridad en la vida del cantante.

Una familia unida por el amor

A pesar de que los cuatro hermanos tienen orígenes y pasiones diferentes, mantienen una relación muy cercana. Alejandro Sanz se asegura de pasar tiempo con cada uno de ellos, y juntos suelen compartir momentos especiales, como lo demuestran las fotos que publican en redes sociales.

El legado del intérprete de Amiga mía no se limita a su música; también está en la conexión que ha fomentado entre sus hijos. Aunque cada uno toma su propio rumbo, el cariño y el respeto que se tienen reflejan los valores familiares que Alejandro ha inculcado en ellos. Esta es, sin duda, una de las mayores composiciones de su vida.