Julián Gil ha vuelto a expresar públicamente su frustración con Marjorie de Sousa por la falta de contacto con su hijo, Matías. En una reciente entrevista, el actor cuestionó el hecho de que la actriz aún no permita que él vea al niño, situación que ha perdurado durante años.

Gil ha señalado que esta separación le preocupa profundamente, especialmente porque el tiempo sigue pasando y su hijo crece sin conocer a su padre.

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El actor se refirió a unas declaraciones previas de Marjorie en las que ella sugirió que el reencuentro podría darse “con el tiempo”.

Ante esto, Julián se mostró desconcertado y pidió una aclaración, ya que “dar tiempo al tiempo” es algo ambiguo y podría prolongar la separación indefinidamente.

Gil expresó su inquietud de que ya han pasado siete años desde el nacimiento de Matías y que con el paso de los años, cada vez es menos el tiempo que puede estar presente como figura paterna, dado que él no es una persona joven.

Una de las principales preguntas que Julián Gil lanzó fue si Matías sabe que él es su verdadero padre.

Esta duda lo atormenta, y la ha manifestado tanto en privado como en público, sin obtener una respuesta clara.

Su preocupación es saber cómo está creciendo su hijo, qué le han contado sobre él y si le han informado de la realidad de su situación familiar.

El actor ha dejado claro que no tiene problemas con que Matías crezca con otra figura paterna, refiriéndose a la actual pareja de Marjorie.

Sin embargo, lo que sí le inquieta profundamente es que, a pesar de esto, él sigue siendo el padre biológico y quiere ejercer su derecho de conocer y participar en la vida de su hijo.

Gil expresó que es importante para él entender por qué Marjorie sigue evitando el encuentro entre ellos dos.

No entiende la razón detrás de esta decisión y se cuestiona si es por motivos personales, legales, o simplemente una postura que ella ha decidido mantener sin explicar.

Además, el actor señaló que esta situación no solo lo afecta a él, sino que también podría tener repercusiones en Matías, ya que el niño está creciendo sin tener contacto con su padre biológico.

Esta falta de conexión puede influir en su desarrollo emocional y en la percepción que tenga de su familia en el futuro.

Julián lamenta profundamente la pérdida de tiempo que esta situación ha ocasionado. Ha pasado años sin poder estar presente en momentos importantes de la vida de su hijo, y teme que esta ausencia sea irrecuperable.

Con el niño próximo a cumplir ocho años, el actor siente que se está quedando sin oportunidades para establecer un vínculo cercano y significativo.

Finalmente, reiteró su deseo de aclarar la situación, tanto por el bien de Matías como por el suyo propio.

Aunque está dispuesto a aceptar la realidad de que otra persona desempeñe el rol de figura paterna, insiste en que la relación entre él y su hijo es fundamental, y que no debería ser ignorada ni retrasada por más tiempo.