Natasha Ramos, corista de Shakira, ha salido a romper el silencio acusando a Jennifer López de haber construido su carrera de cantante a base de mentiras y engaños.

Según Ramos, López siempre utiliza a otra persona para cantar por ella, lo que ha generado controversia y cancelaciones de conciertos por parte de los fans que se sienten estafados.

En un giro sorprendente, Ramos confiesa haber grabado voces de fondo para López en el pasado, por las cuales solo recibió $500. Esto arroja luz sobre las prácticas cuestionables en la industria musical y plantea dudas sobre la autenticidad de las habilidades vocales de López.

Por su parte, López ha respondido a las críticas, afirmando que no permite que la opinión de los demás afecte su autoestima. Sin embargo, las acusaciones de Ramos han generado un debate sobre la integridad artística y la transparencia en el mundo del entretenimiento.

En otro frente, se ha desatado una controversia sobre un supuesto plagio de un vestido de alta costura utilizado por López en una pasarela. Shakira ha sido acusada de copiar el diseño, pero ambas artistas han negado las acusaciones y han argumentado que se trata de una coincidencia.

En conclusión, las revelaciones de Ramos y las acusaciones de plagio han sacudido el mundo del entretenimiento, cuestionando la autenticidad y la integridad de algunas estrellas. Este debate plantea importantes preguntas sobre la industria y la ética en el mundo del espectáculo.

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