Narcomanta en Sinaloa: Amenazas y la lucha por el control del Cartel de Sinaloa

El 13 de enero de 2025, una nueva narcomanta apareció en Sinaloa, dejando claro que la violencia en el estado sigue siendo un tema candente. Esta vez, el mensaje no estaba dirigido a un grupo criminal rival, sino a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum. La manta fue hallada en el municipio de Cruz elota, una localidad que ha sido escenario de conflictos entre las distintas facciones del Cartel de Sinaloa. En ella, la facción de “Los Chapitos” —los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán— acusaba a dos mandos militares de corrupción y vínculos con el grupo rival, liderado por Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los más poderosos en el crimen organizado mexicano.

La manta señalaba directamente al teniente Valdemar López y a un sargento del 110 Batallón de Infantería, asignados a la localidad de San Ignacio, quienes presuntamente habrían proporcionado información estratégica y armas de fuego a la facción contraria a Los Chapitos. El mensaje exigía la destitución inmediata de estos mandos militares o su deserción hacia el mundo de la delincuencia organizada. Este tipo de amenazas no es algo nuevo en Sinaloa, donde las facciones del cartel se han enfrentado por el control de territorios clave, especialmente tras la captura de El Mayo Zambada a finales de julio de 2024, lo que exacerbó la violencia en la región.

La aparición de esta manta no pasó desapercibida. Al día siguiente, en su conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum fue cuestionada por los periodistas sobre la veracidad de los mensajes contenidos en la narcomanta. En su respuesta, Sheinbaum aseguró que el gabinete de seguridad ya estaba analizando los hechos y la veracidad de los mensajes, señalando que las autoridades estaban revisando el caso con seriedad. La mandataria explicó que, en ocasiones, las mantas no necesariamente reflejan la verdad, sino que sirven para enviar otro tipo de mensajes, lo cual es parte de las tácticas empleadas por las organizaciones criminales para manipular a la opinión pública y a las autoridades.

La amenaza dirigida a la presidenta no es un caso aislado. En semanas previas, se han registrado otras manifestaciones de poder por parte de Los Chapitos. A principios de enero, en Hermosillo, Sonora, apareció un mensaje similar dirigido a varios músicos e influencers, incluidos los artistas de corridos tumbados, a quienes se les acusaba de apoyar financieramente al grupo rival de los Salazar. Este tipo de amenazas, dirigidas no solo a otros cárteles sino también a figuras públicas y de entretenimiento, demuestra la creciente influencia y control que estas facciones criminales buscan mantener sobre el territorio y las actividades legales.

Mientras tanto, el gobierno federal continúa luchando contra el crimen organizado en Sinaloa. El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, destacó que durante los primeros 100 días del gobierno de Sheinbaum, se logró una reducción de los delitos dolosos en la entidad. Según los datos proporcionados por Harfuch, entre octubre y diciembre de 2024 se registró una disminución del 13.7% en los homicidios dolosos en Sinaloa, y una reducción aún mayor del 35% en los delitos dolosos en Culiacán, la capital del estado. Además, se realizaron importantes operativos que resultaron en la captura de 43 delincuentes considerados como objetivos prioritarios, y se aseguraron más de 400 vehículos, muchos de ellos blindados, junto con casi 700 armas de fuego y más de 100 granadas.

Aunque los datos oficiales muestran ciertos avances, la realidad sobre el terreno sigue siendo compleja. La violencia, aunque aparentemente disminuida en comparación con los picos más altos de años anteriores, sigue siendo una constante en la vida de los ciudadanos de Sinaloa. La presencia de mantas y amenazas contra figuras del gobierno, los militares y la sociedad civil demuestra que el poder de los cárteles en la región sigue vigente, y la lucha por el control del Cartel de Sinaloa es más feroz que nunca.

Este enfrentamiento interno en el Cartel de Sinaloa, alimentado por la captura de El Mayo Zambada, ha generado una atmósfera de incertidumbre y miedo en la entidad. La disputa no solo involucra a los facciones de Los Chapitos y el grupo de Zambada, sino también a las fuerzas armadas y a diversas instituciones del gobierno, que se ven atrapadas entre el interés por desmantelar las organizaciones criminales y las presiones internas del mismo conflicto.

La pregunta que muchos se hacen es si las estrategias implementadas por el gobierno de Sheinbaum serán suficientes para reducir la violencia en Sinaloa y, más ampliamente, en todo México. Aunque algunos resultados positivos se han reportado, como la reducción de homicidios y la captura de miembros clave del crimen organizado, la violencia sigue siendo una preocupación constante. Las narcomantas y las amenazas públicas son una señal de que los cárteles no se sienten amenazados, sino que continúan ejerciendo presión sobre las autoridades para asegurar su control.

En conclusión, la reciente narcomanta dirigida a la presidenta Claudia Sheinbaum subraya la complejidad de la situación en Sinaloa y el poder persistente de las organizaciones criminales. Si bien el gobierno mexicano ha logrado ciertos avances en la lucha contra el crimen, la violencia en la región sigue siendo un reto significativo. Los próximos meses serán clave para determinar si las estrategias de seguridad del gobierno federal logran reducir aún más los índices de criminalidad y, quizás, poner fin a la creciente influencia de los cárteles en el país.