Kendrick ha sobrepasado a Taylor Swift en las listas de popularidad y ha roto récords de su oponente, Drake, el rey del streaming, quien se consolidó como el artista más escuchada de los 2010s.

A principios de los 2010s, un joven canadiense de nombre Aubrey Graham (Drake) que había pasado de la actuación a firmar con Young/Cash Money Records (el sello discográfico del entonces rapero del momento, Lil Wayne), logró convertirse en el rookie más talentoso del hip-hop inspirado en sus inflexiones pop con el rap que, debería decirse, previamente fueron establecidas en el panorama de la industria musical por Kanye West en el disco 808s & Heartbreak.

Ya con la mixtape So Far Gone y su álbum debut Thank Me Later en las calles, Drizzy Drake se convertiría en la próxima superestrella del rap. Para su segundo disco, Take Care, Drake tuvo varios invitados destacados de los cuales resalta un MC de Compton que estaba llamando la atención por su talento en el disco Section 8.0, un joven Kendrick Lamar, quien aparecería en el tema “Buried Alive Interlude”.


Un año más tarde, el rapero de California agradecería el favor en uno de los discos más aclamados por la crítica de todos los tiempos, Good Kid Maad City, cuando incluyó al de Toronto en el tema “Poetic Justice”. Nadie imaginaba lo que vendría después.


En 2013, Kendrick Lamar decidió postularse, desde un ángulo competitivo, como el mejor rapero de su generación dándole un statement claro a la escena del rap incluyendo a personajes como J. Cole y el propio Drake, en “Control”, canción original de Big Sean: «Normalmente soy amigo de los mismos n**** con los que rimo / Pero esto es hip-hop, y deberían saber qué hora es. Y esto va para Jermaine Cole, Big K.R.I.T., WalePusha T, Meek Millz, A$AP Rocky, Drake. Big Sean, Jay Electronica, Tyler, Mac Miller. Tengo amor por todos ustedes, pero estoy tratando de asesinarlos».


Esta energía fue aprovechada por el ex actor para responder subliminalmente en “The Language” del disco Nothing Was The Same«No sé por qué han estado mintiendo, pero tu mierda no es tan inspiradora / Que se joda cualquier n**** que esté hablando esa mierda sólo para obtener una reacción». 


Llegamos a 2023, donde J. Cole menciona en su canción con Drake “First Person Shooter”: «me encanta cuando debaten sobre quién es el mejor, es K. Dot, Aubrey o yo, somos los tres más grandes, empezamos nuestra propia liga». Dicha frase sería rebatida en “Like That”, canción de Future y Metro Boomin (este último elevó las tensiones al criticar a los Grammy por premiar el disco entre 21 Savage y Drake en lugar del suyo el año pasado). Y, una vez más de forma sorpresiva, aparece Kendrick Lamar diciendo: «A la mierda los tres más grandes, yo soy el más grande». 


Este tema, además, es incluido en We Don’t Trust You (2024), álbum subliminalmente dedicado al rapero canadiense. La guerra fría más importante del rap de nuestros tiempos, empezó entonces con J. Cole lanzando “7 Minutes Drill” donde hacía alusión a que la discografía de K. Dot era aburrida y sobrevalorada. Pero a los dos días, y por consejo de Schoolboy Q (miembro del antiguo colectivo de Kendrick, Top Dawg Entertainment), éste se disculpó con el de Compton, haciéndose a un lado del conflicto.


No conformes con un disco, Future y Metro Boomin publicaron otro álbum titulado We Still Don’t Trust You, donde incluyeron a otros enemigos (antes amigos) de Drake como The Weeknd, quien se dice aliviado por no haber firmado con su sello (OVO Sound) y A$AP Rocky, quien presume haber estado con la madre del hijo de Drake antes que él y que fue el candidato victorioso de todos los pretendientes de Rihanna, al convertirse en el padre de sus hijos.

Orillado a responder, Drake filtró “Push-Ups” a distintos medios de comunicación y podcasters la respuesta a los diversos ataques que recibió incluyendo a Kendrick, burlándose de su estatura y calzado haciendo alusión al nombre de su último disco, Mr. Morale & The Big Steppers, y comentando la línea de Kendrick donde señala que él será más trascendental que Drake comparándose con Prince (aprovechando que Drake siempre se ha comparado con Michael Jackson, MJ y Prince sí tuvieron sus diferencias) recalcando: «¿Qué es un príncipe a un rey? Un hijo…».


Con cierta prepotencia, Drake volvió a tirar una semana después con “Taylor Made Freestyle”, el track más intrigante de este beef donde el canadiense usa sus facultades como troll de internet utilizando la IA y molestando a Kendrick a través de las voces de Tupac y Snoop Dogg dos grandes referentes del artista de California y dos grandes del West-Coast.


Fue entonces que, un martes tranquilo, Kendrick Lamar desató el conflicto con “Euphoria”; un diss track hecho a la medida donde K. Dot ya desde el título incluye una referencia al show de TV producido por HBO donde se sexualiza a adolescentes (ángulo que volvería en los siguientes tracks) pero en este, Kendrick hace una crítica sobre el personaje de Drake, cuestionando su identidad musical, racial y haciéndonos saber que lo odia.


No contento con esto, el sábado inmediato, Kendrick lanzó “6:16 in LA” una mofa en el título a la serie de canciones que suele hacer Drake desde principios de su carrera donde suele dejar el canto para únicamente rapear. En esta, Kendrick señala que tiene un espía dentro de OVO Sound, el crew y sello discográfico de Drake basado en Toronto y que es su propio equipo de trabajo que lo quiere ver caer.


En la noche veríamos la verdadera gran guerra del rap cuando Drake soltó el video de “Family Matters”, en el que muestra la destrucción de la famosa van que aparece en la portada de GKMC. En el tema, Drake acusa a Kendrick de golpear a su pareja y madre de sus hijos y dice que uno de ellos era realmente de su manager, Dave Free.


Pero el contraataque estaba más que planeado y en menos de 20 minutos, Kendrick respondió con el que posiblemente sea el diss track más ofensivo de todos los tiempos: “meet the grahams” donde Kendrick, sobre un beat de The Alchemist, declama una carta directa hacia los familiares de Drake, empezando con Adonis (el hijo escondido del rapero que fue precisamente develado al mundo por Pusha T cuando ambos se tiraron en 2018) y no solo eso, Kendrick señala a Drake de tener una red de tráfico sexual y de ocultar al mundo, una vez más, un hijo, en esta ocasión, una hija de 11 años.


Si bien esto había sido motivo ya de victoria para el de Compton, Kendrick lanzó “Not Like Us”, un K.O. donde logró lo que muchos pensaban imposible: Conquistar las listas de popularidad a través de un beat al estilo de California manufacturado por DJ Mustard (productor icónico de la región) y poner a la gente a bailar al compás de «¿Amante Cerificado? Pedófilos Certificados», acusando a Drake y sus colegas de OVO de pedófilos y adictos a las drogas; además, utilizando una portada en la que muestra la casa de Drake en Google Maps y coloca iconos de depredadores sexuales sobre la misma.


No solo eso, sino que K. Dot tacha de “colonizador” a Drizzy acusándolo de absorber el sonido de Atlanta y una falsa credibilidad callejera gracias a sus relaciones con artistas que salieron de ahí como Migos, Future y recientemente, 21 Savage. Es importante señalarlo: Atlanta es clave para entender el sonido del rap moderno.

Apenas pasado un día, Drake respondió con “The Heart Part 6”, en el que ondea la bandera de la paz usando el formato más característico de Kendrick (“The Heart” es una serie de canciones que Lamar utiliza para confesar sus sentimientos antes de lanzar un álbum). En este tema, el canadiense parece rendirse de una manera muy cuestionable, pues dice que él mismo filtró al espía dentro del equipo de Kendrick, que la hija supuestamente es falsa y que las acusaciones de pedofilia que se le hacen realmente son porque Kendrick sufrió de abuso (malinterpretando lo expresado en la canción “Mother I Sober” de Mr. Morale & The Big Steppers), y que supuestamente él es demasiado famoso como para ser un depredador sexual.


El resultado ha sido inminente: Kendrick Lamar ha roto los récords que en algún momento Drake había logrado; “Not Like Us” se convirtió en la canción que más rápido ha llegado a los 100 millones de streams en 9 días, sobrepasando a “God ‘s Plan” de Drake que llegó. En TikTok, una profesora confesaba que en una preparatoria de Toronto, donde los jóvenes solían escuchar a Drake, ahora escuchan a Kendrick.

A lo largo de la historia del rap, el beef y las tiraeras han sido un trámite efectivo para arreglar problemas callejeros, pero hubo un momento donde la línea se cruzó y dos de los raperos más grandes de la historia, Biggie y Tupac, fueron asesinados en los años noventa.

Parece que la historia se repite; en menos de 48 horas, una de las tiendas de OVO en Londres fue vandalizada y la casa de Drake ha intentado ser allanada más de tres veces y fue rafageada por una persona, hiriendo a su jefe de seguridad de gravedad.

La comunidad del hip-hop ha señalado que este beef revivió al género y el interés del público por la cultura pero, ¿vale la pena ver al rap exitoso a cambio de acusaciones tan graves dentro de estas canciones? ¿Los niños y las mujeres deben ser incluidos como parte de los pleitos de estos raperos? ¿Cuál debería ser el límite de un beef y sus consecuencias legales?

Definitivamente, esta es la guerra del rap más importante del rap de nuestros tiempos; una que probablemente no veremos repetirse dado que el rumbo del rap anglo va direccionado hacia uno más minimalista, melódico o de fiesta como el de Playboi Carti o Sexy Redd.

Kendrick ha sobrepasado a Taylor Swift en las listas de popularidad y ha roto récords de su oponente, Drake, el rey del streaming, quien se consolidó como el artista más escuchado de los 2010s; esto, sumado a los reconocimientos globales que ha recibido el rapero, como el Pulitzer que recibió en 2018 por su álbum, DAMN!. Dos grandes titanes de la industria han peleado con letras, metáforas, flows, distintos estilos musicales y hasta estrategias en redes sociales.