La cantante había estado hospitalizada en el sur de la Ciudad de México, enfrentando un difícil proceso de recuperación tras someterse a una cirugía delicada.

El pasado 5 de diciembre, Dulce , cuyo nombre real era Bertha Elisa Noeggerath Cárdenas, fue sometida a una decorticación pleuropulmonar, un procedimiento médico complejo que buscaba reparar las severas secuelas de una neumonía.

Esta intervención consistió en retirar una capa de tejido fibroso que comprimía uno de sus pulmones, permitiéndole recuperar su capacidad respiratoria . Aunque los primeros días tras la cirugía parecían prometedores, el 25 de diciembre la tragedia sorprendió a sus seguidores.

Dulce y su hija: ¿Había roces en su relación?

En medio del duelo, surgieron versiones sobre una supuesta relación distante entre Dulce y su hija, respaldadas por figuras como Jorge Flores Vidente y Lolita De la Vega . Sin embargo, estas afirmaciones fueron desmentidas por su asistente Marvin Olvera y el productor Iván Cochegrus , quienes aseguraron que no existían fricciones en su vínculo.

Dulce, siempre franca y generosa en sus declaraciones a la prensa, había revelado en ocasiones previas qué significaba para ella dejar una herencia. Con claridad y orgullo, señaló que su mayor regalo no residía en bienes materiales ni dinero, sino en su voz.

Dulce y el significativo legado que preparaba para su hija antes de partir

Más allá de lo material, Dulce siempre destacó que el mayor tesoro que podía dejarle a su hija era su mayor talento: su voz

A lo largo de su carrera, la reconocida cantante enfatizó en diversas entrevistas que su don más valioso no era económico , sino el regalo único con el que había sido bendecida: su voz.

Dulce compartió que, como parte de su herencia, había trabajado en un proyecto especial que tenía como destinataria a su hija Romina:

“Es mi voz la que se queda, de hecho, ahorita le estoy haciendo a mi hija un contenido de todas mis voces, sin música de ningún tipo, para que el día que ya no esté, si alguien le da 10 pesos por la voz de su mamá para hacerla en cumbia o en ranchero, ella pueda usarla” , confesó en una entrevista Cara a cara con Cora (2023), dejando clara la importancia de este gesto.

Dulce entendía que su voz no solo era la base de su éxito, sino también un recurso invaluable para futuras generaciones . Este obsequio, más allá de lo sentimental, abría la puerta a posibles proyectos creativos y económicos para su hija, como adaptar sus grabaciones a nuevos géneros musicales o emplearlas en iniciativas artísticas innovadoras.

“Lo que le puedo dejar a mi hija es lo que me dio Dios: un don, que no sabe por qué lo dio, pero que está a disposición de ella” , explicó con emoción, subrayando la trascendencia de su legado.

Hasta el momento, Romina no ha dado declaraciones tras la muerte de su madre.