Grigori Perelman: El Genio Matemático que Cambió el Mundo y Eligió la Soledad

No, Grigori Yakovlevich Perelman no es un vagabundo, aunque su apariencia sencilla pueda hacer creer lo contrario. Este matemático ruso, captado en el metro de San Petersburgo con cabello despeinado, barba descuidada y zapatos gastados, es el genio que resolvió uno de los problemas matemáticos más complejos: la conjetura de Poincaré .

Un logro sin precedentes

La conjetura de Poincaré, formulada en 1904, permaneció sin solución por casi un siglo hasta que Perelman presentó su prueba en 2002. Este avance revolucionario le valió el premio de un millón de dólares del Instituto Clay , pero, en un acto de humildad inusual, rechazó el premio , argumentando:

“Si la solución es correcta, no hace falta ningún otro reconocimiento”.

Hasta la fecha, la conjetura de Poincaré sigue siendo el único de los problemas del milenio resuelto.

Una vida alejada de los reflectores

A pesar de su genialidad y el impacto de su trabajo, Perelman renunció a los honores de la ciencia moderna. Decidió llevar una vida austera y aislada, rechazando incluso el contacto con sus colegas matemáticos. Este comportamiento ha desconcertado a la comunidad científica y al público, convirtiéndolo en un enigma.

“No se puede comprar todo”

En San Petersburgo, jóvenes rinden homenaje a su singularidad vistiendo camisetas con su imagen y la frase: “No se puede comprar todo” . Este mensaje encapsula su filosofía de vida: el rechazo a la fama y la riqueza en favor de la pureza del conocimiento.

Un legado de soledad y genialidad

La historia de Grigori Perelman es un recordatorio de que los grandes avances científicos no siempre vienen acompañados de reconocimiento social. Su elección de soledad y su rechazo a las normas establecidas lo convierten en una figura fascinante y única en la historia de la ciencia.