Así será la siguiente fase de la guerra en Sinaloa entre Los Chapitos y La Mayiza , según Óscar Balderas

De acuerdo con el periodista, las facciones podrían mover el enfrentamiento a las zonas rurales

El Cártel de Sinaloa se continúa fracturando.

Desde mediados del 2024 dos de las facciones del Cártel de Sinaloa, Los Chapitos y La Mayiza, está a punto de entrar en una nueva fase.

Según el periodista Óscar Balderas, la guerra actualmente concentrada en zonas urbanas y áreas densamente pobladas, podría trasladarse hacia comunidades rurales y rancherías, en un intento de los grupos criminales por reducir la presión en las ciudades, restablecer cierta normalidad económica y, al mismo tiempo, continuar el conflicto en regiones menos visibles para las autoridades y los medios.

Balderas explicó en entrevista con Adela Micha, en “Me lo dijo Adela”, que los grupos del crimen organizado estaría tomando decisiones estratégicas para preservar su capacidad operativa y mantener sus ganancias.

“Los cárteles no son depredadores en el sentido tradicional, no destruyen los estados nación. Son parasitarios: necesitan un entorno funcional para seguir extrayendo recursos”, afirmó.

La guerra entre Los Chapitos y La Mayiza se trasladaría a las áreas rurales. (Infobae México | Jovani Pérez)

Esto implica que las áreas urbanas de Sinaloa, como Culiacán, Mazatlán y Los Mochis, podrían comenzar a ver una disminución en los niveles de violencia que las han afectado en los últimos meses. Sin embargo, esta “calma” sería resultado de un traslado de la guerra hacia las comunidades rurales, rancherías y ejidos.

Balderas señaló que la violencia en estas regiones podría replicar la estrategia de los cárteles de hace una década, cuando las disputas se libraban fuera del ojo público, lejos de las ciudades y con poco alcance mediático.

Esta situación permitiría a los grupos criminales reactivar el cobro de “derecho de piso” en las ciudades y facilitar el flujo de efectivo necesario para financiar el conflicto. “La guerra es muy cara, y para sostenerla necesitan que la economía urbana vuelva a moverse”, apuntó.

El efecto de la fragmentación

El conflicto actual en Sinaloa tiene su origen en la fractura interna del Cártel de Sinaloa, una organización que durante décadas mantuvo una estructura relativamente unificada bajo el liderazgo de figuras como Joaquín “El Chapo” Guzmán y Ismael “El Mayo” Zambada.

Un avión que se cree que transportaba al narcotraficante mexicano Ismael “El Mayo” Zambada y a Joaquín Guzmán López, el hijo del exsocio de Zambada, Joaquín “El Chapo” Guzmán, quienes fueron arrestados en El Paso, Texas, es visto en la pista del aeropuerto privado del condado de Doña Ana, en Santa Teresa, Nuevo México, EEUU, el 25 de julio de 2024. REUTERS/José Luis González

Sin embargo, tras la extradición de El Chapo a Estados Unidos en 2017 y la traición a El Mayo Zambada en 2024, la organización ha sufrido divisiones profundas.

Los hijos del Chapo, conocidos como Los Chapitos –Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Joaquín Guzmán Salazar–, han asumido el control de una parte de la organización, pero enfrentan la oposición de otras facciones, como la del Mayo Zambada ahora en manos de Ismael Zambada Sicairos y los Salazar, una familia criminal históricamente aliada de los Guzmán.

“Esta fragmentación ha transformado al Cártel de Sinaloa en una serie de grupos autónomos que luchan por el control territorial, alejándose de la estructura monolítica que alguna vez fue”, afirmó Balderas.

Los procesos contra Los Chapitos y El Mayo

La violencia en Sinaloa también está relacionada con los procesos judiciales en Estados Unidos contra Ovidio y Joaquín Guzmán López. Balderas reitera que los hermanos han optado por negociar con las autoridades estadounidenses para evitar juicios prolongados y alcanzar un acuerdo que les garantice beneficios como una reducción de la sentencia o mejores condiciones en prisión.

Los Chapitos vs La Mayiza.

“Estados Unidos no necesita pruebas documentales para condenarlos. Basta con sus declaraciones, debido a su posición privilegiada dentro del cártel, para construir casos contra otros líderes criminales, como el Mayo Zambada, y contra funcionarios mexicanos que pudieron haber colaborado con el narcotráfico”, señaló el periodista.

Este enfoque ha generado tensiones adicionales en el cártel, ya que las negociaciones de Los Chapitos con las autoridades estadounidenses podrían incluir información comprometedora sobre sus antiguos aliados y rivales, exacerbando las divisiones internas.

En este escenario, la figura de “El Mayo” Zambada sigue siendo central. Balderas describió al Mayo como “el gran operador político del narcotráfico”, alguien que prefiere la negociación sobre el conflicto abierto. Sin embargo, su influencia también se ha visto erosionada por la fragmentación del Cártel de Sinaloa.

En caso de ser enjuiciado, Balderas señaló que su juicio sería incluso más significativo que el de El Chapo: “El Mayo es el hombre que podría explicar cómo 20 o 25 líderes criminales lograron doblar a un país entero y construir un imperio del narcotráfico. Su testimonio podría tener repercusiones en el ámbito político, tanto en México como en Estados Unidos”.