CON LOS PAPÁS NO

En un restaurante de Veracruz, se vivió un momento conmovedor que ha tocado los corazones de muchos. Un señor, con motivo de su cumpleaños, juntó tres mesas, decoró las sillas con serpentinas y sacó un pastel, esperando celebrar con su familia. Era su cumpleaños número 61.

Algunos clientes presentes contaron que el señor contestó una llamada telefónica y, tras colgar, se le notaba visiblemente triste. Con un nudo en la garganta, se levantó y se dirigió a los presentes: “Les pido una disculpa por robar su atención a todos. Hoy es mi cumpleaños, cumplo 61 años, y arreglé las mesas y traje pastel porque quedé de verme con mi familia aquí para celebrar mi cumpleaños… pero nadie vino. Por lo que les pido que a quién quiera sentarse conmigo a celebrar mi cumpleaños y me canten las mañanitas, se lo voy a agradecer infinitamente”.

La respuesta de los clientes fue inmediata y emotiva. Muchos se acercaron para acompañarlo y festejar con él, cantándole las mañanitas y compartiendo el pastel. Este gesto de solidaridad y cariño transformó un momento triste en una celebración llena de amor y humanidad.