Francisca, Clarissa Molina, Alejandra Espinoza y Ana Patricia Gámez no siempre tuvieron las vidas que gozan hoy; algunas pasaron hasta hambre y frío en sus inicios.

Sin dudas, Nuestra Belleza Latina no solo es un certamen que hace gala de la belleza femenina, es un espacio que puede cambiar la vida de cualquier concursante. Y así lo ha hecho con mujeres como FranciscaClarissa Molina, Alejandra Espinoza, Ana Patricia Gámez y otras que se han llevado la corona del concurso de Univision.

Antes de ser las presentadoras que hoy vemos en Despierta AméricaEnamorándonos o El gordo y la flaca, ¿quiénes eran estas mujeres, qué hacían para ganarse la vida y cómo el concurso les cambió su día a día para siempre?

 

Francisca

Francisca Lachapel

Cuando tenía 20 años, Francisca emigró a Estados Unidos desde su natal República Dominicana para labrarse un mejor futuro. Pero no todo fue fácil en la vida de quien hoy es uno de los rostros más queridos de la televisión hispana.

“Pasé hambre, pasé frío, dormí en el piso, no tenía dónde estar, me sentía perdida”, dijo en una ocasión, luego de confesar las visicitudes por las que tuvo que atravesar como inmigrante indocumentada.

Incluso su mamá nunca creyó que Francisca —quien vendió ollas de cocina mientras vivía en Nueva York— fuera a llegar a donde está hoy, y muchos menos ganar NBL.

“Mi mamá me adora y me quiere, pero me decía: ‘Eso no es para gente como nosotras’ porque éramos pobres. Las muchachitas que son así blanquitas y con el pelo nuevo le pasan esas cosas, pero a las niñas como tú, no'”, dijo la hoy copresentadora en Despierta América, quien tiene una carrera exitosa y una vida en familia llena de amor, junto a su esposo Francesco Zampogna y su pequeño Gennaro.

 

Alejandra Espinoza

Alejandra Espinoza

Espinoza hoy es uno de los rostros más reconocidos de la televisión hispana, pero antes de ser Nuestra Belleza Latina 2007 trabajó en un banco y en un restaurante de comida rápida para ayudar a sus padres.

Incluso en algún momento quiso ser enfermera, pero a la mamá de Matteo la vida le cambió cuando se presentó al concurso. “Estoy muy agradecida con Dios por las cosas que he hecho, estoy disfrutándome cada momento”, dijo en una ocasión a People en Español.

 

Clarissa Molina

Clarissa Molina

El caso de Molina es otro que tuvo un antes y después de NBL. Antes de ser una presentadora de televisión y actriz de cine, la joven de origen dominicano trabajó en múltiples lugares para ayudar a su familia.

“Vengo de un origen humilde, tuve que trabajar desde muy joven para ayudar a mis papás”, le dijo esta a univision.com. “Antes de ganar Nuestra Belleza Latina trabajé de guardia de seguridad, daba champú en un salón de belleza, atendiendo en un restaurante de comida rápida… He hecho de todo y toqué todas las puertas para que alguien me ayudara”.

 

Ana Patricia Gámez

Ana Patricia Gámez

El 2010 fue un año que cambió la vida de Gámez. Antes de coronarse en NBL, la mamá de Giulietta y Gael llegó a ganar poco más de $10 por semana en un trabajo en su natal México.

“En las vacaciones de verano del año 2000, que duraban dos meses, mi tía Rosa me dijo que si quería trabajar con ella en un almacén de retazos de tela y, por supuesto, contesté de manera afirmativa. Me acuerdo de que me pagaban 250 pesos (unos $12.47) a la semana y mi trabajo era doblar tela. Pero yo me fui mucho más allá y me ponía a acomodarlas por tipo o por color”, contó en su podcast Sin filtro quien hoy es reconocida por su participación en Enamorándonos y por ser una exitosa empresaria con su línea de moda y joyas.g