Desde pequeño, Lupillo enfrentó desafíos que forjaron su carácter, especialmente la migración de su familia a Estados Unidos en busca del “sueño americano”. A diferencia de muchos niños de su edad, él y sus hermanos trabajaron desde temprana edad, cumpliendo con las expectativas de su padre, Don Pedro Rivera, un hombre con ambiciones musicales propias.

 

Lupillo Rivera está dispuesto a colaborar con Christian Nodal

 

La infancia de Lupillo estuvo llena de sacrificios y discriminación en un país que no siempre fue amable con los inmigrantes. Su padre, quien soñaba con hacerse famoso, hizo que sus hijos trabajaran sin descanso para poder costear su propio camino en la industria musical. Para Lupillo, quien soñaba con ser jugador de béisbol, esto creó un profundo resentimiento. En lugar de apoyar sus sueños, su padre los consideraba “tontos”, y la familia siguió trabajando sin descanso para lograr los objetivos de Don Pedro.

El contexto en el que creció Lupillo —entre la música mexicana que escuchaba en casa y el deseo de sobresalir en un país que le era hostil— marcó profundamente su vida y personalidad. En esta historia veremos cómo estos obstáculos no solo formaron al hombre detrás del éxito, sino también a un artista lleno de contradicciones, que lleva con orgullo su origen y las heridas de una niñez que estuvo lejos de ser fácil.