Julio César Chávez, el más grande boxeador mexicano de todos los tiempos, está a punto de abrirte una ventana a su vida más allá del ring. Aunque todos conocen sus victorias y hazañas, lo que vamos a revelar ahora te hará ver a Chávez bajo una luz muy diferente. Julio César Chávez habla abiertamente sobre las luchas personales que marcaron su vida. A pesar de haber recibido un pago récord de $10,000,000 por una pelea y contar con una fortuna de más de 20 millones en el banco, su vida no era un camino de rosas. El glamour de los yates y el avión privado no lograron llenar el vacío que sentía. El alcohol y las drogas comenzaron a erosionar sus relaciones más queridas, afectando su matrimonio, su relación con sus hijos y su madre. Pero eso no es todo: Chávez revela aspectos de su vida que han sido ocultos durante años. Te contará cómo, en la cúspide de su carrera, estuvo vinculado con carteles y enfrentó serios problemas legales que pusieron su mundo patas arriba. Recordará su épica pelea contra Héctor “Macho” Camacho, donde la presión alcanzó niveles extremos. Además, abrirá el libro de sus batallas personales con adicciones y sus visitas a clínicas de rehabilitación.

 

Ex-Boxing Champ Steps Back Into Spotlight As A Face Of Addiction : Parallels : NPR

 

Este video no solo es una oportunidad para conocer más sobre el hombre detrás del mito, sino para ver cómo ha enfrentado y superado obstáculos que pocos podrían imaginar. ¿Cómo manejó la fama y las tentaciones? ¿Cómo enfrentó sus propios demonios? Julio César Chávez revela todo esto y más, ofreciendo una perspectiva sincera y conmovedora de su vida. Pero, ¿dónde comenzó todo? Empecemos por el inicio.

Antes de profundizar en los temas mencionados, hablemos de la vida e infancia de Julio César Chávez. Nació el 12 de julio de 1962 en Ciudad Obregón, Sonora, y tuvo una carrera profesional impresionante desde 1980 hasta 2005. Chávez recuerda cómo vivió su infancia en Culiacán: “Aunque nací en Ciudad Obregón, toda mi vida la viví en Culiacán. Mi papá era ferrocarrilero, y nos mudamos allí cuando yo era muy pequeño. Crecí en una familia numerosa, éramos 11 hermanos, y la vida no era fácil. No teníamos televisión, y la comida era simple, pero nos unía la lucha y el trabajo.”

Mencionó que sus hermanos mayores a menudo lo ponían a pelear con guantes, aunque no siempre le gustaba. Esto le enseñó mucho sobre la vida y el boxeo. Chávez expresó su deseo de ser recordado en Culiacán, su tierra adoptiva, y dejó claro que, a pesar de todo lo que ha pasado, siempre lleva a su ciudad en el corazón. Recuerda cómo era la vida en sus primeros años en casa: “Vivíamos en un vagón de ferrocarril porque no teníamos una casa propia. Mi padre, que era ferrocarrilero, nos consiguió este vagón porque no podíamos pagar una casa. Mi familia y yo, incluyendo a mis hermanos, pasamos mucho tiempo ahí. La vida no era fácil. Dormíamos en el suelo, y no había mucho espacio. Mis hermanos y yo nos acostumbramos a vivir en condiciones duras. A veces nos ponían guantes para pelear. Mis hermanas me daban una moneda para entrenar con otros niños, y aunque me daban algunos golpes, esa era parte de la vida.”

De aquellos primeros días de recibir una moneda a las grandes peleas por millones de dólares, la transformación ha sido asombrosa. Recuerda la pelea que más ganó, donde obtuvo $10 millones. “Es increíble pensar en la diferencia entre ganar una moneda y esa cantidad. Aunque no lo imaginaba en ese entonces, fue un cambio radical de ser un niño a algo grande.”

El entrenamiento era duro, y a menudo no le gustaba recibir golpes, pero su familia, especialmente su madre, trabajaba incansablemente para apoyarlos. A pesar de las dificultades, hubo momentos en los que sus hermanos llegaron a casa magullados, pero seguían adelante. Su madre, que hacía la lavandería y la plancha, siempre estaba allí para ellos. Sus sueños de convertirse en campeón mundial comenzaron cuando sus hermanos mayores se fueron. A pesar de las dificultades, siempre tuvo la esperanza de lograr algo grande. Cuando finalmente se convirtió en campeón, pudo cambiar las cosas. Compró una casa para su madre y se aseguró de que viviera cómodamente. “Eso fue de lo más gratificante para mí.”

Al mirar hacia atrás, sus Navidades infantiles eran muy diferentes de las de sus hijos. No había lujos ni regalos. A veces solo había una comida sencilla. Comparado con sus vecinos, que tenían más recursos, sus celebraciones eran humildes. Cuando sus hijos crecieron, quiso darles todo lo que él no pudo tener. Pero esto también trajo desafíos. Aunque sus hijos no necesitaban pelear, ellos veían a su padre en el ring y querían seguir sus pasos. A veces se preguntaba por qué eligieron el boxeo si ya tenían una vida asegurada. Su alcoholismo también afectó su vida y su familia. Fue un camino difícil, pero ha trabajado arduamente para superar estos problemas. Ahora encuentra satisfacción al saber que, aunque sus hijos también enfrentan desafíos, él está allí para apoyarlos.

Es cierto que la adicción puede ser hereditaria, y sus hijos también han enfrentado sus propias luchas. Ha intentado enseñarles a aprender de sus errores y no repetirlos. Finalmente, cuando mira atrás al tiempo en el vagón de ferrocarril, parece lejano, pero valora cada experiencia que lo llevó a donde está ahora. A pesar de las dificultades, ha logrado mucho y agradece cada paso dado.

Recuerda con dolor la muerte de su hermano cuando tenía 4 años. “Es un recuerdo muy doloroso. No me gusta hablar de eso, pero estas cosas suceden y es importante recordarlas.” Fue un accidente trágico. Un coche lo atropelló justo frente a nuestra casa, y causó mucho sufrimiento en nuestra familia, especialmente en mi hermana. “Recuerdo que cuando hablo de Omar, el recuerdo sigue muy presente. Aunque todos mis demás hermanos están bien, perder un hermano es algo que duele profundamente. Pasaron 73 años de ese suceso y todavía siento el impacto de esa pérdida.”

Agradece a Dios y a su esposa, quienes han sido un gran apoyo para él. “Han sido fundamentales para ayudarme a superar mis problemas de adicción. Mis compañeros de recuperación y mi esposa han sido mi apoyo constante.” Tuvo la suerte de tener una red de apoyo que lo ayudó a seguir adelante. “Mis compañeros de recuperación y mi esposa me han ayudado a mantenerme en el camino y evitar recaídas.”

Cuando su hermano murió, fue un golpe duro para todos. “Fue una situación que no pude procesar por completo. A veces la gente me preguntaba cómo manejé esos momentos tan difíciles, y la verdad es que no tenía respuestas claras.” La vida nos pone a prueba de muchas maneras.