Freddy Mercury, el carismático líder de Queen, vivió una historia de amor única y conmovedora con Mary Austin, su mejor amiga y alma gemela. Aunque su relación romántica terminó cuando Freddy asumió su orientación sexual, el vínculo entre ambos perduró hasta el final de la vida del músico. La relación de Freddy y Mary trascendió los convencionalismos, mostrando que el amor verdadero no se limita a etiquetas, y su historia se ha convertido en una de las más conmovedoras en el mundo de la música.

El Encuentro y El Romance Inicial

A Sus 73 Años, Mary Austin Rompe Su Silencio Dejando Al Mundo Conmocionado  - YouTube

Mary Austin nació en 1951 en Fulham, Londres, en una familia humilde. Criada por padres sordos, Mary desarrolló habilidades únicas de comunicación, como la lectura de labios y el lenguaje de signos, lo que la hizo fuerte y resiliente. Freddy, nacido como Farrokh Bulsara en Zanzíbar, llegó a Inglaterra a fines de la década de 1960, y pronto se conoció con Mary cuando ella trabajaba en la boutique Viva, una tienda de ropa en el Londres de los años 70. A pesar de las dudas iniciales de Mary sobre la exuberante personalidad de Freddy, pronto se hicieron inseparables.

En 1969, Freddy y Mary compartieron un pequeño apartamento mientras él luchaba por alcanzar el éxito en la música. Aunque la relación romántica tuvo altibajos, la conexión entre ellos era indiscutible. Freddy se refería a Mary como su “único y verdadero amor”, y en 1972, cuando Queen empezaba a despegar, Freddy sorprendió a Mary con una propuesta de matrimonio que nunca llegó a concretarse, pero que marcó un hito en su historia.

El Amor y la Lealtad a Través del Tiempo

A medida que Queen alcanzaba la fama global, la relación de Freddy y Mary pasó por varios altibajos. En 1976, Freddy le confesó a Mary su bisexualidad, lo que puso fin a su relación romántica. Sin embargo, su amistad continuó intacta. Freddy seguía considerando a Mary como una parte fundamental de su vida, y ella nunca dejó de estar a su lado. Durante años, Mary fue su pilar emocional y su confidente más cercana. Aunque Freddy se involucró en otras relaciones, como la de Jim Hutton, nunca pudo desvincularse completamente de Mary.

Mary aceptó con amor la revelación de Freddy sobre su orientación sexual, demostrando una profunda madurez y comprensión. Su lealtad y apoyo incondicional fueron esenciales para Freddy, quien, incluso después de su diagnóstico de VIH en 1987, confiaba plenamente en ella. Mary se convirtió en una figura central en los últimos años de su vida, acompañándolo hasta su muerte en 1991.

El Legado de Freddy y Mary

Mary Austin, la mujer que heredó la fortuna de Freddie Mercury - LA NACION

Tras la muerte de Freddy, Mary heredó su mansión en Garden Lodge, Londres, un lugar que se mantuvo como un santuario de recuerdos del músico. A pesar de la presión de los medios y los fanáticos, Mary decidió vivir una vida tranquila, lejos de los focos, protegiendo los recuerdos de su relación con Freddy. Aunque su relación nunca fue oficial en términos de matrimonio, Mary consideró a Freddy su “amor eterno” y siempre mantuvo su legado vivo.

La conexión entre Freddy y Mary fue tan profunda que él le dejó en su testamento no solo su hogar, sino también una parte significativa de sus derechos de autor, un gesto que subraya la importancia de Mary en su vida. Además, en 2018, Mary sorprendió al mundo al vender algunas de las pertenencias más personales de Freddy, como trajes y cartas manuscritas, un paso importante para cerrar un capítulo muy especial en su vida.

La Decisión de Romper el Silencio

A sus 73 años, Mary Austin decidió romper su silencio y compartir más sobre su vida junto a Freddy Mercury, dejando al mundo conmovido por sus palabras. Después de décadas de mantener la privacidad de su relación, Mary dio una entrevista en la que habló abiertamente sobre su amor por Freddy y cómo su vínculo trascendió el tiempo y las circunstancias. Su revelación ha dejado una huella profunda en los millones de fans que siempre se preguntaron sobre la mujer que cautivó el corazón de uno de los más grandes iconos del rock.

La historia de Freddy Mercury y Mary Austin es una de las más emotivas en la historia de la música. Un amor que no necesitaba etiquetas, que resistió el paso del tiempo, y que siguió siendo fuente de inspiración y admiración para todos aquellos que creen en la fuerza del amor verdadero. Mary Austin ha mantenido su legado con dignidad, demostrando que el amor y la amistad, cuando son genuinos, nunca desaparecen, incluso después de la muerte.