La señora Lý y su esposo eran trabajadores comunes que provenían de una familia pobre, dedicada por generaciones a la agricultura. Gracias a su esfuerzo, lograron construir una casa sólida a los 50 años, lo que consideraron un gran logro en sus vidas.

Posteriormente, el esposo de la señora Lý estableció una granja de 300 m² de hortalizas, lo que les permitió estabilizar su economía y ahorrar una suma considerable para el futuro.

La pareja tuvo una única hija llamada Tiểu Hàn. Sin embargo, la relación entre madre e hija no era armoniosa. Las discusiones eran frecuentes, y con el paso del tiempo, la distancia emocional entre ellas aumentó.

La separación tras una pérdida

Hace diez años, el esposo de la señora Lý falleció a causa de una enfermedad grave. Tras su partida, la granja comenzó a declinar, y debido a las deudas acumuladas, la señora Lý se vio obligada a venderla.

hình ảnh

A los 28 años, Tiểu Hàn decidió mudarse a Hebei para construir su carrera. Allí fue adoptada por una pareja mayor, y años más tarde contrajo matrimonio con un hombre llamado Khải Bình, quien vivía en el centro de la ciudad.

Un yerno ejemplar

Aunque Tiểu Hàn mantenía una relación distante con su madre biológica, Khải Bình, su esposo, se destacaba por su amabilidad y respeto hacia su suegra. Frecuentemente la llamaba para saber cómo estaba y le enviaba regalos. Además, intentaba reconciliar a su esposa con su madre, pero sin éxito.

Con el tiempo, Khải Bình descubrió que su esposa tenía una adicción al juego, y a menudo asistía a casinos junto a sus padres adoptivos. A pesar de sus intentos por convencerla de cambiar, ella continuó en el mismo camino.

Un día, escuchó a Tiểu Hàn hablar sobre los ahorros de su madre:
“Mi madre tiene un ahorro importante, y algún día será mío. Con ese dinero podremos comprar una casa, un coche y viajar.”

Estas palabras indignaron a Khải Bình, quien decidió compartir esta información con su suegra.

El cambio en el testamento

Con el deterioro de su salud, la señora Lý deseaba dejar su patrimonio a su hija. Sin embargo, al conocer las intenciones de Tiểu Hàn, decidió modificar su testamento.

La casa fue asignada a su hermana menor, quien la había cuidado durante su enfermedad, mientras que los 1,46 millones de pesos se repartirían entre sus ocho hermanos.

“Sin arrepentimientos”

La señora Lý admitió que no fue fácil tomar la decisión de excluir a su hija del testamento. Pero, tras reflexionar, comprendió que era lo mejor para proteger el fruto de toda una vida de trabajo.

Agradeció a su yerno por haberle mostrado la verdad a tiempo, lo que le permitió tomar una decisión crucial. Su esperanza es que, si algún día su hija reconoce sus errores, la familia pueda recibirla con los brazos abiertos y brindarle la oportunidad de empezar de nuevo.