A cuatro meses de la ruptura, Gabriel Soto habla de su matrimonio con Irina Baeva y su repentina separación.

Cuatro meses después de anunciar su separación, Gabriel Soto rompió su silencio y confirmó que, efectivamente, su boda con Irina Baeva fue real.

A pesar de que previamente había rechazado esta versión, incluso asegurando que las fotos de la ceremonia eran parte de una sesión de trabajo, el actor admitió en una reciente entrevista que hubo una verdadera boda entre ellos.

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Durante la conversación, Soto también reconoció que en su momento había sido muy impulsivo al negar el matrimonio y se mostró arrepentido por las declaraciones que hizo en el pasado.

Gabriel Soto explicó que en ese entonces estaba confundido y abrumado, lo que lo llevó a rechazar la realidad de su unión.

Según confesó, se dejó llevar por el momento durante una entrevista y negó lo que había sido un evento significativo para él y para Irina.

“Fue algo muy importante para los dos”, comentó, agregando que, aunque estuvo mal en no reconocerlo antes, la ceremonia había sido un paso importante en su relación.

A lo largo de la entrevista, el actor se refirió a Irina Baeva como su «exesposa», dejando claro que, aunque siguen separados, la relación que compartieron fue real y significativa.

Sin embargo, no profundizó sobre las razones de su ruptura ni sobre cómo están manejando la separación en este momento.

En cuanto a las declaraciones de Gabriel, Irina Baeva reaccionó rápidamente, aunque de manera reservada.

La actriz decidió no entrar en más detalles sobre lo que había dicho su ex pareja y optó por mantenerse firme en su postura de que ya no tiene más que añadir al respecto.

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“Es momento de separar las cosas”, afirmó en sus redes sociales, dejando claro que ya habían hablado sobre el tema y no consideraba necesario volver a discutirlo públicamente.

Mientras tanto, tanto Gabriel como Irina continúan con sus vidas por separado.

A pesar de la ruptura, ambos siguen adelante con sus proyectos profesionales y personales, sin que la separación haya generado mayores conflictos públicos.

Sin embargo, la situación refleja lo complejo que puede ser llevar una relación en el ojo público, donde las decisiones impulsivas y la presión mediática pueden influir en las palabras y actitudes de los involucrados.