“Parece tanto a su madre estrella”: ¿Cómo luce ahora el único heredero de Natalia Oreiro?

Natalia Oreiro, conocida por sus roles en aclamadas series como “Sos mi vida” y “Muñeca brava”, así como en películas como “En el ritmo del tango” y “Infancia clandestina”, siempre ha ocupado un lugar especial en los corazones de los espectadores en todo el mundo. La cúspide de su popularidad llegó a principios de los años 2000 cuando sus series se emitían en numerosos países.
 


 

El 19 de mayo de 2024, Oreiro celebró su 47 cumpleaños, pero su estatus de celebridad no muestra signos de disminuir.
 

La vida personal de Natalia Oreiro ha sido durante mucho tiempo un tema de fascinación para los fanáticos, especialmente en lo que respecta a los rumores de un romance con su coprotagonista de “Muñeca brava”, Facundo Arana, quien interpretó el papel de Ivo. Sin embargo, más tarde se reveló que Natalia y Facundo eran simplemente buenos amigos.

Su primer romance ampliamente publicitado fue con Pablo Echarri, a quien conoció en 1994 durante el rodaje de “Corazón de fuego”. Aunque su relación duró cinco años, eventualmente llegó a su fin.

En 2001, Oreiro encontró el amor nuevamente, esta vez con el músico de rock Ricardo Mollo de la banda Divididos. La pareja se casó en Brasil un año después. El 26 de enero de 2012, Natalia dio a luz a su hijo, a quien llamaron Merlin Atahualpa, en homenaje al mago de los cuentos del Rey Arturo.

Merlín capturó la atención del público desde temprana edad, apareciendo junto a su madre en un anuncio de UNICEF promoviendo la lactancia materna. Pronto acompañó a Natalia en la gira, ganándose la admiración como el consentido de los fanáticos en todo el mundo.

A pesar de su temprana exposición a la fama, Merlín se aleja de la luz pública, evitando las cuentas de redes sociales. Sin embargo, destellos de él aparecen frecuentemente en páginas de fans dedicadas a Natalia, mostrando su crecimiento y encanto entrañable.

Natalia y Ricardo han fomentado los intereses de Merlín en la música, proporcionándole instrumentos musicales y nutriendo sus talentos. Han alentado su desarrollo integral, fomentando su pasión por tocar la guitarra, trabajar la madera con su padre y buscar actividades artísticas como dibujar.

Remarkablemente, Natalia respeta la autonomía de su hijo, permitiéndole tomar decisiones significativas, incluida su elección de ser llamado Atahualpa después de los cinco años. Esta decisión fue aceptada de todo corazón por su madre comprensiva.

En un giro paradójico, el heredero de la celebridad evita deliberadamente el ojo público, prefiriendo una vida de privacidad lejos del resplandor de la fama. Sin embargo, su presencia sigue siendo palpable en los corazones de los fanáticos, un testimonio del legado perdurable de su notable madre.