La basílica de majencio y el coloso de constantino

En el último año hemos llevado a cabo muchos trabajos pero pocos producen el vértigo de enfrentarse a uno de los edificios y a una de las esculturas más conocidas del mundo. Para el libro «La Roma de Constantino«, que publicamos Néstor F. Marqués y yo mismo con Desperta Ferro Ediciones, reconstruimos en 3D la Basílica de Majencio y el Coloso de Constantino. ¿Cómo lo llevamos a cabo?

Cuando uno viaja a Roma puede quedar impactado por el Coliseo y deslumbrado por las basílicas cristianas y las plazas barrocas, pero tampoco suelen pasar desapercibidos estos restos. La visita al Foro Romano impresiona al llegar ante las ruinas de la basílica civil romana más grande que existió y que todavía conservamos parcialmente en pie. Dentro del programa monumental de Majencio para devolver a la ciudad de Roma su protagonismo político y su esplendor perdido -ya que a inicios del siglo IV la capitalidad se había trasladado a otras ciudades, como Mediolanum-, este edificio resultaba fundamental.

LA BASÍLICA DE MAJENCIO

1700 años después, Néstor F. Marqués (Antigua Roma al día) y yo nos propusimos reconstruirla en 3D y, para ello, partimos del estudio de toda la documentación existente: planimetrías arqueológicas, restituciones previas, fotografías, etc. Comenzaba un interesante proceso de investigación. Es importante tener en cuenta, eso sí, que a la fase de documentación e investigación debemos ponerle límite o nunca llegaremos a cumplir nuestros objetivos. Por ello, el conocimiento previo y la experiencia como arqueólogos e historiadores jugaba a nuestro favor. Durante varios viajes a Roma documentamos el estado actual de la basílica, gracias a fotografías, vídeos y fotogrametría. Es fundamental partir de unas bases precisas para llevar a cabo modelos científicos.

Y, llegados a este punto, con toda la documentación sobre la mesa, comenzamos a diseñar en 3D el edificio, utilizando fundamentalmente Blender. De este modo, llevamos a cabo en primer lugar el modelado arquitectónico. Continuamos con el texturizado, para lo cual utilizamos materiales PBR fotorrealistas y siempre teniendo en cuenta cual fue el acabado original de un edificio que, en la actualidad, está despojado de su cobertura de mármoles y estucos.

Disponer de un modelo 3D nos permite obtener diferentes infografías dependiendo de lo que necesitemos. Por ejemplo, aquí podéis comprender la estructura general del gran edificio, de más de 37 metros de altura, articulado en tres series de naves cubiertas con enormes bóvedas.

Pero también podemos seccionar el edificio y obtener vistas muy ilustrativas como ésta, que permite ver el exterior pero también el interior y hacernos una idea más completa del mismo.

Resultaba importante, además, recrear el contexto del edificio para que no pareciera una estructura exenta sino para entender que se integraba en un conjunto de edificios: un verdadero Foro Nuevo que Majencio quiso disponer en Roma, a los pies del Foro Romano.

Así, diseñamos esta imponente vista de la vía Sacra. Al fondo, el templo de Venus y Roma. A la derecha la fachada de los horrea Vespasiani o mercados de Vespasiano. A la izquierda, el llamado templo de Rómulo y, con su impresionante fachada columnada, la Basílica Nova.

Si entráramos en el edificio en la primera mitad del siglo IV podríamos tener una sensación parecida a ésta. La luz inunda los espacios a través de los ventanales y, a su vez, se refleja en los estucos y mármoles que recubren el edificio.

Este edificio se creó para ensalzar la figura del emperador, su poder y magnificencia. De este modo, Majencio pretendía convertirse en el nuevo protector de la ciudad y, por extensión, de todos los ciudadanos. Todo está pensado como un gran escenario para ello. Resulta fascinante jugar con los puntos de vista y la iluminación en entornos como éste, que dan tanto juego por sus formas y brillos. Más de 6500 metros cuadrados de superficie que, en altura, usaban los mismos recursos arquitectónicos que las grandes termas imperiales.

EL COLOSO DE CONSTANTINO

En el año 847 un gran terremoto golpeó Roma y derribó, quizás, buena parte de la estructura que todavía se mantuviera en pie. Siglos más tarde, en 1486, se hallaron bajo los escombros los restos de una escultura de más de 10 metros de altura.

El Coloso de Constantino es una de las estatuas más conocidas del mundo y la más grande que conservamos -fragmentada, eso sí- del mundo romano. Hoy buena parte de sus restos se conservan en el patio del Palazzo dei Conservatori de los Museos Capitolinos de Roma, donde pudimos estudiarlas y documentarlas al detalle Néstor F. Marqués y yo mismo.

Planteamos entonces su anastilosis virtual -es decir, recomponer en 3D sus fragmentos cual puzzle tridimensional- y posteriormente la restauración virtual -esto es, recrear las partes faltantes de la escultura-. Obtuvimos de este modo la reconstrucción virtual de la escultura y, además, quisimos mostrar algo muy interesante: cómo son este tipo de colosos acrolíticos, formados por varios materiales diferentes sustentados en el interior por una estructura de madera, ladrillo y hormigón.

Las obras de arte no son nada sin su contexto y, en este sentido, disponer el coloso dentro de la basílica fue fundamental para acabar de comprenderlo con toda su complejidad.

La historia de este coloso es interesantísima: conservamos solo fragmentos pero intuimos que probablemente Majencio reutilizó una escultura anterior y después Constantino cambió su rostro para resignificarlo, condenando a su predecesor y enemigo al olvido.

La virtualización 3D nos permite recuperar como nunca antes se había hecho espacios y esculturas como estos y, de ese modo, vincular de forma diferente, mucho más potente, a las personas con el patrimonio.

Espero que os haya gustado este viaje al pasado. Si queréis saber más sobre la historia de la Basílica de Majencio y del Coloso de Constantino, no os perdáis nuestro libro «La Roma de Constantino«, publicado con Desperta Ferro Ediciones.