La actriz quería hacer comedia, pero solo le ofrecían papeles de latina caliente… hasta que llegó Adam Sandler.

Salma Hayek habla de su encasillamiento durante los 90: "Me decían que si era sexy no podía tener sentido del humor"

En Hollywood, el encasillamiento es un problema serio. No digamos si eres una mujer, si tu físico es más agraciado que la media y si, para colmo, no encajas del todo en lo que los estándares étnicos de EE UU consideran ‘blanco’. Salma Hayek puede dar testimonio de todas esas cosas.

“Estuve encasillada durante mucho tiempo”, ha recordado la actriz en una entrevista con GQ (vía The Hollywood Reporter). “He querido hacer comedias toda mi vida, pero no me ofrecían comedias”, prosigue Hayek, que llegó a la fama en 1996 por su papel de la vampira Satánico Pandemonio en Abierto hasta el amanecer y ahora estrena Magic Mike’s Last Dance. 

“Me decían: ‘Eres sexy, así que no se te permite tener sentido del humor”, prosigue Hayek, y añade: “En los 90, no solo no te permitían ser lista, sino que tampoco te dejaban ser graciosa”. Esto, señala, no cambió ni siquiera con su nominación al Oscar en 2002 por Frida. “La clase de papeles que me ofrecían no cambió”, recuerda. “Me esforcé, y pensé que las cosas iban a cambiar, pero no fue así”.

Así las cosas, la salvación apareció con el rostro menos previsible: el de Adam Sandler, que contó con la actriz para su comedia Niños grandes en 2010. “Y eso que yo ya había cumplido los 40”, apunta la actriz.

A estas alturas, sin embargo, Salma Hayek no guarda rencor, principalmente porque ha logrado salirse con la suya. “Estoy haciendo películas de todos los géneros en una época de mi vida en la que me decían que estaría acabada: durante estos últimos 20 años, debería haberme quedado fuera del negocio”, señala. “Así que no estoy ni triste ni enfadada: estoy riéndome”.

Asimismo, Hayek ya no se siente encasillada por su físico. “He llegado a un momento de mi vida en el que ya no se me aprecia solo por mi sexualidad”, declara. “Pero, si fuera así, no me importaría, porque ya me he ganado el suficiente respeto de la gente que tengo a mi lado y me importa de verdad como para que eso me importe”.