Julisa, una de las figuras más icónicas de la música y el cine mexicano, ha cautivado al público con su talento y presencia. Sin embargo, detrás de su imagen resplandeciente y su exitosa carrera, se oculta una vida marcada por la soledad, las heridas emocionales y los desafíos que ha enfrentado desde su niñez. A lo largo de más de 80 años, Julisa ha sobrevivido no solo a los altibajos de la fama, sino también a las tragedias personales que han dejado una profunda huella en su corazón.

La historia de Julisa comienza en una familia en la que la fama y la cultura estaban presentes. Su madre, Rita Macedo, fue una de las grandes actrices de la época de oro del cine mexicano. Con su belleza y su capacidad para emocionar, Rita se destacó en películas de directores reconocidos como Julio Bracho, Emilio Fernández y Luis Buñuel. Además, se desempeñó en el teatro y en las primeras telenovelas mexicanas. Sin embargo, la vida familiar de Julisa no estuvo exenta de complicaciones. Criada en un ambiente de constantes separaciones, Julisa vivió su infancia alejada de su padre, Luis de Llano Palmer, un hombre dedicado a su trabajo en las telecomunicaciones. Mientras su hermano asistía a una academia militar, Julisa fue enviada a un internado en Toronto, lo que marcó una distancia emocional entre ellos.

El vínculo entre Julisa y su madre siempre fue especial, pero complicado. A los 14 años, la vida de Julisa dio un giro radical cuando su madre se casó con el escritor Carlos Fuentes. Este cambio implicó que Julisa fuera enviada a vivir sola para que su madre pudiera comenzar una nueva vida con Fuentes. Esta separación, sumada a la compleja relación de su madre con el escritor, dejó una profunda herida emocional en Julisa, quien vio cómo el sufrimiento de su madre se reflejaba en su propio dolor.

Julissa: Así ha sido la historia de la actriz y cantante mexicana- CHIC  Magazine

El suicidio de su madre, ocurrido años después, fue uno de los momentos más traumáticos en la vida de Julisa. Al llegar al lugar del suceso, se encontró con una escena devastadora que marcaría para siempre su historia. La tragedia de perder a su madre en esas circunstancias fue un golpe profundo, que, aunque superado con el paso del tiempo, dejó cicatrices difíciles de sanar.

A pesar de la tristeza que acompañó su vida, Julisa encontró consuelo en la música. En los años 60, formó parte de Los Speeders, un grupo de rock en el que Julisa se destacó como la primera vocalista femenina del rock and roll mexicano. Aunque la censura y los prejuicios de la época le impidieron alcanzar el éxito masivo, su carrera como cantante continuó con gran éxito. A los 16 años, Julisa se convirtió en un referente del rock mexicano y continuó su carrera en solitario, compartiendo escenario con artistas como Angélica María. Aunque la prensa alimentaba rumores de rivalidades entre ellas, Julisa y Angélica siempre mantuvieron una relación de respeto mutuo.

Sin embargo, el camino de Julisa no estuvo exento de dificultades. La relación con su madre, que la empujó hacia la actuación y la música a una edad temprana, fue siempre tensa, pues Julisa no se sentía completamente cómoda con las decisiones que su madre tomaba por ella. A pesar de este conflicto, Julisa desarrolló un amor profundo por el escenario y se convirtió en una sobreviviente, superando el pavor escénico y la depresión por sus sueños frustrados.

Julissa habla sobre los motivos de separación con integrantes de Onda  Vaselina

En la década de 1970, Julisa se casó con el cantante Benny Ibarra, con quien tuvo dos hijos, Benny y Alejandro. Su matrimonio, aunque lleno de amor al principio, terminó en tragedia debido a la infidelidad de Benny. Sin embargo, a pesar de los problemas personales, la relación entre Julisa y Benny continuó siendo de amistad y respeto. Años después, Julisa se convirtió en la mayor admiradora de sus hijos, quienes siguieron sus pasos en el mundo del entretenimiento.

A pesar de las adversidades, Julisa ha logrado mantenerse vigente en la industria del entretenimiento. Su participación en la producción de musicales y su carrera como actriz y cantante la han consolidado como una figura destacada en la cultura mexicana. Hoy, al mirar atrás, Julisa reconoce que su vida ha sido una mezcla de éxitos y desafíos, pero sobre todo, una lección de resistencia y superación.

En sus reflexiones, Julisa admite que su vida no ha sido fácil. Las separaciones, los abandonos y la constante búsqueda de su lugar en el mundo del entretenimiento han sido una constante. A pesar de los desafíos, Julisa ha sabido mantenerse firme, demostrando que incluso las figuras más brillantes pueden vivir con sombras internas. Su historia es un testimonio de lucha, resiliencia y de cómo la fama, aunque brillante, no puede borrar las heridas emocionales de un pasado lleno de pérdidas.