Los 10 mejores momentos en los que Canelo Álvarez mostró lo que algunos podrían considerar un comportamiento irrespetuoso, reflejando su feroz espíritu competitivo y sus acciones a veces controvertidas:

    Enfrentamiento con Demetrius Andrade: Después de derrotar a Billy Joe Saunders, Canelo irrumpió en la conferencia de prensa posterior a la pelea de Demetrius Andrade, lo que provocó un acalorado intercambio lleno de insultos.
    Choque con Gennady Golovkin: La preparación de sus peleas con GGG vio a Canelo involucrado en varios momentos irrespetuosos, incluyendo charlas basura y enfrentamientos acalorados.
    Ignorando a Abel Sánchez: Durante la promoción para la revancha con GGG, Canelo abiertamente le faltó el respeto al entrenador de GGG, Abel Sánchez, desestimando sus comentarios y estrategias.

    Asalto verbal a Caleb Plant: En una conferencia de prensa para su pelea, Canelo y Caleb Plant tuvieron un altercado físico después de una serie de insultos, lo que provocó un corte en la cara de Plant.
    Burlándose de Callum Smith: Antes de su pelea, Canelo hizo comentarios despectivos sobre las habilidades y logros de Smith, socavando las credenciales de su oponente.
    Desdeñoso hacia Jermall Charlo: Cuando se le preguntó acerca de pelear contra Jermall Charlo, Canelo a menudo daba respuestas desdeñosas, cuestionando el valor de Charlo como oponente.
    Burlarse de Daniel Jacobs: Durante la promoción de su pelea, Canelo se burló de Jacobs varias veces, mostrando poco respeto por las habilidades de Jacobs.
    Rechazar las demandas de Billy Joe Saunders: En las negociaciones para su pelea, Canelo desestimó públicamente las demandas de Saunders de un ring más grande, lo cual fue un importante punto de conflicto.
    Ignorar las solicitudes de DAZN: Se sabe que Canelo ignora las solicitudes y sugerencias de DAZN, su socio de transmisión, sobre posibles enfrentamientos y actividades promocionales.
    Insultar a los críticos después de la pelea: Después de algunas de sus peleas, Canelo se ha apresurado a criticar duramente e insultar a los analistas y fanáticos del boxeo que dudaban de sus habilidades o decisiones.