Para empezar a hablar de alguien como Nicki Nicole, habría que pensar en algo mucho más grande que ella; dibujar en la mente un universo al que pertenece de manera inconsciente. Para hablar de Nicki Nicole tenemos que vislumbrar el pasado, el presente y el futuro de la música en Latinoamérica, pero más precisamente el pasado, el presente y el futuro de la música en Argentina. Tierra del tango, espacio fértil para las ideas conceptuales que lo cambiarían todo, identidad cumbiera que le dio voz al pavimento, casa de pop profundo y, más recientemente, hogar de híbridos sonoros en donde parece haber un lugar especial para una historia de casi veinte años de rap en una conversación transcultural con el resto del continente a paso constante. Para hablar de Nicki Nicole hay que escuchar lo que tiene que decir.

“Yo soy la más chica de cuatro hermanos, entonces siento que hay varias generaciones en mí”, dice con orgullo la portada de Vogue Latinoamérica para este mes. “En mi casa siempre se escuchaba cumbia, por ejemplo, era algo que sonaba en la tele, todos los sábados venían los amigos de mis hermanos y ponían mucha cumbia santafesina (de donde yo soy) y también se mezclaba con la cumbia villera”. La Nicki Nicole que conocemos ahora no se creó en el vacío, se construyó de la misma manera en que las tradiciones más poderosas de Latinoamérica se van forjando: de una generación a la siguiente. “De mi abuelo venía mucho el tango, todo el lunfardo que empecé a aprender con base en cómo hablaba él porque al principio no le entendía nada. A la vez venían los amigos de mi hermana, que eran más de Christina Aguilera y Britney Spears. De la nada, yo tenía un mundo de música todo el tiempo en mi cabeza, de diferentes cosas. Cuando sos chico vas absorbiendo todo eso y se va haciendo como parte de tus raíces”.

Nicole Denise Cucco está por cumplir 24 años este agosto y, sin embargo, pareciera que ha vivido algunos años más. Su carrera como una de las cantantes más exitosas de la región no es el único indicio, la manera en la que ha sabido lidiar con las consecuencias del éxito es, también, algo que rinde una cuenta perfecta. Esta tarde en la Ciudad de México hay una Nicki Nicole que parece no venir de llenar nueve conciertos en la Movistar Arena (uno de los recintos más grandes de Buenos Aires) a raíz de su más reciente disco llamado Alma. Hay una Nicki Nicole que, con la misma disciplina con la que hace que su voz recorra un sinfín de ritmos y melodías, busca que sus fotos para Vogue sean un reflejo perfecto de quien es. Esta tarde en la Ciudad de México hay una Nicki Nicole que se encuentra en perfecta armonía.

“Cuando hice Wapo Traketero, que fue mi primera canción, todo el tiempo estaba pensando en cuánto iba a durar y nunca me di cuenta que ese era mi súper poder: yo decido cuánto va a durar, porque yo decido hasta cuanto quiero darle música a la gente”. La canción vio la luz en 2019 y desde entonces Nicole ha editado tres álbumes y un sinfín de colaboraciones con las que ha construido una carrera impecable que la ha llevado, entre otras cosas, a recibir el Premio Gardel [por Mejor Álbum Urbano], un reconocimiento que la hermana con personajes como Charly García, Mercedes Sosa, Luis Alberto Spinetta o Dread Mar I, uno de sus grandes ídolos. Hablar de Nicki Nicole es hablar de una historia que se sigue construyendo hasta el día de hoy desde muchos frentes.

Uno de ellos es la revolución femenina de una industria musical que parece cambiar de a poco las dinámicas gracias a su labor. “Es un orgullo poder formar parte de lo que es la música latina femenina: es histórico, y para ser honesta, me encanta poder inspirar a más mujeres”, confiesa con emoción, “Hay muchas cosas machistas que siguen vigentes y es un poco difícil estando una sola querer callar tantas bocas o no pensar en el qué dirán y poder tener mujeres que te den la mano, que te acompañen y que te inspiren es clave”. Hablar de Nicki Nicole es, también, hablar de comunidad. “Me encanta lo que se está formando como mujeres, siento que el hecho de competir ya no existe. También me siento como la más peque todavía, siento que hay muchas más que corrieron para que nosotras caminemos y eso se agradece un montón”.

Los cinco años en los que ha estado omnipresente en las listas de popularidad y, sobre todo, en los oídos de sus millones de escuchas han sido “una montaña rusa de emociones” con las que ha aprendido a crecer profesional y personalmente. “Al principio sí quería tener una máscara, separar a la artista de la persona para que no me afectara el qué dirán”, me dice como quien se ha encontrado consigo mismo tras muchas batallas. “Después me empecé a dar cuenta que estaba siendo muy desleal a la gente que me escuchaba porque estaba contando todo el tiempo una historia que no era mía”. Sus canciones no son otra cosa sino pequeñas historias en las que más de uno se puede ver reflejado. Son hip hop, son R&B, cumbia, reggaeton y muchos sonidos más, pero también son humanidad. “Quiero que me conozcan a mí, que sepan que no soy de piedra y que sepan que no soy inhumana, que si tengo altas y bajas y que eso también inconscientemente fue lo que más hizo que la gente conectara conmigo. Porque es lo que como humanos más tenemos en común: las emociones, las idas y vueltas, es lo que nos hace lo que somos”.

Sus canciones no son lo único valioso en una personalidad que se encuentra todo el tiempo en el ojo del mundo. Como Mercedes Sosa solía decir, todo lo que canta es verdad, todo lo que vive es verdad. “Mi parte emocional y mental hoy en día está súper centrada y equilibrada”, asegura con confianza, “Me enorgullece decir esto porque no lo había estado y hoy en día estoy muy segura de mí misma y muy segura de quién soy, de qué quiero hacer”. Hablar de Nicki Nicole es, al mismo tiempo, hablar de la persona detrás de las rimas, de los rumores y de las suposiciones. “Hay gente que tiene un personaje para el escenario y cuando bajan son otros y si lo pueden manejar está perfecto, yo realmente no puedo manejar dos personalidades, ya es suficiente con la que tengo”.

Es una seguridad que la ha llevado a reunirse con otros personajes para seguir hilando una misma historia. Nombres hay muchos (de Bizarrap a Rauw Alejandro y de Bad Gyal a Christina Aguilera), pero lo más valioso es la intención detrás. Con Nicki Nicole las más grandes sorpresas se encuentran escondidas entre líneas. “Siempre que yo he hecho una canción con alguien nunca ha sido al azar”, afirma con gran decisión, “Son personas con las que me gusta compartir maneras de pensar y ver que no solo son gran calidad de artistas, sino también gran calidad de personas”.

“Vos no sabés la cantidad de artistas con los que yo me he juntado”, me confiesa, “Entiendo la demanda normalizada de juntarse y hacer una canción en el día uno, pero a veces hay que darle más tiempo, porque no todo fluye tan rápido”. Es fácil notarlo, cada una de sus colaboraciones tiene algo especial, un alma que las sostiene de una manera más poderosa que el resultado final. “Me ha pasado con C. Tangana, por ejemplo, nunca saqué una canción con él y nos juntamos en el estudio desde 2019. Nosotros tenemos canciones y todo, pero realmente falta conocernos y falta encontrarlo, a veces es así y hay que darle tiempo a las cosas”. Pero, ¿quién está en su wishlist? “Me gustaría trabajar en conjunto desde hace mucho tiempo con Rosalía”, dice sin pensarlo demasiado, “es una gran mente maestra. Ella debe probar un montón de teorías en el estudio, siento que hablaría de muchas cosas que me interesarían un montón. Me encantaría meterme en un estudio simplemente a trabajar, no que salga una canción, sino quizás hacer samplers, quizás a grabar algunas voces de coro, siento que sería algo magnífico”.

Ahora encuentro un eslabón más de su relación con ese universo, un punto de intersección que le da un valor todavía más grande a su tiempo en la historia. De pronto, ese mundo no se siente más grande que ella. Escucharla hablar, verla interactuar con el resto del equipo que se encuentra aquí para el shooting de su portada, me dice que ha caído en cuenta de que su papel en esta narrativa es hoy algo esencial. Para Nicki Nicole, como para toda la historia musical argentina que vino antes que ella –y la que vendrá después–, la música no es solo una pasión, es parte importante de su humanidad. Es un rasgo más de quiénes son.

“Yo deseo verme en un futuro acompañando a los nuevos artistas”, me asegura cuando dejamos el pasado detrás, abrazamos el presente y comenzamos a imaginar lo que vendrá después. “No hay nada mejor. A mí me pasó, llegar así siendo súper pequeña de experiencia y que grandes artistas te puedan acompañar es lo mejor que te puede pasar, que te den un consejo, que te digan, que vos mires a los costados y que ellos estén ahí. Eso es lindo, es lindo compartir. En un futuro me encantaría poder acompañar nuevos artistas y también intento hacerlo ahora, hacerles saber que acá estamos”. Hablar de Nicki Nicole es hablar de continuidad. “Yo siento que ahora estoy volviendo más al rap, al hip hop y al trap, porque nunca hice un trap en forma y me encantaría hacer algo así. Si lo hiciera, me encantaría hacerlo con Cazzu, porque es una chica que me va a saber aconsejar, me gustaría mucho que me acompañara y que me guiara”.

Para seguir hablando de Nicki Nicole habría que tener todo lo anterior como punto de referencia para entender cómo apreciar lo que se avecina. “Lo que tengo planeado es sacar un EP, más que un disco. Ojalá pueda llegar este año a sacarlo”, me dice mientras en su voz, esa en la que ha encontrado su maestría, se enternece al imaginarlo. “Tiene mucho que ver con el hip hop, tiene mucho que ver con el rap y un poquito con el trap. Es como una búsqueda también de lo que siempre quise hacer, lo que siempre quise sacar de mis raíces y de mis cosas, pero en su totalidad”.

Esta tarde, en la Ciudad de México, se ha convertido poco a poco en la luminosidad de la noche, y Nicki Nicole reproduce una canción que canta con entusiasmo en voz baja, mientras se alista para terminar un momento más en una historia que todavía no se termina de escribir. Para hablar de Nicki Nicole hay que escuchar lo que tiene que decir y para conocerla, de verdad no se necesita mucho más. Alma con Alma, dicen un par de proverbios musicales latinoamericanos. No es ninguna casualidad que Nicki Nicole los entienda, los abrace y los practique al pie de la letra.