Jim Caviezel confesó que filmar La Pasión de Cristo, la impactante película de Mel Gibson estrenada en 2004, lo afectó profundamente.

La experiencia lo llevó al límite de su resistencia física y emocional, fortaleciendo su fe en Dios y transformando por completo su vida profesional y espiritual.

Antes de aceptar el papel de Jesús, Caviezel ya era un actor respetado con una carrera prometedora. Había participado en películas como El conde de MontecristoLa delgada línea rojaCadena de favores y Angel Eyes. Sin embargo, interpretar a Jesús no solo representó un riesgo profesional para él, sino también un desafío personal lleno de sufrimiento físico y emocional.

El actor sabía que la visión de Gibson no sería una representación suavizada de los últimos días de Jesús. Al contrario, el filme mostraría de forma cruda y realista el sufrimiento y sacrificio vividos antes de la crucifixión. Como católico devoto, Caviezel comprendía el peso espiritual y simbólico del proyecto, y aceptó con determinación.

Durante el rodaje, Caviezel aseguró que sintió una “gran presencia” acompañándolo, la cual asoció con Dios. Curiosamente, cuando comenzó la grabación, el actor tenía 33 años, la misma edad de Jesús al morir, y las iniciales de su nombre, Jim Caviezel, forman las de Jesucristo.

El impacto físico del rodaje

Una de las escenas más terribles de la película

Caviezel enfrentó numerosas lesiones mientras filmaba La Pasión de Cristo, pero nunca abandonó el set. Su compromiso y resistencia impresionaron a todos.

Según el actor, fue su fe la que le permitió soportar estas pruebas, convencido de que estaba cumpliendo un propósito mayor.

La escena de la flagelación

La escena

Una de las secuencias más impactantes fue la de la flagelación. Aunque los látigos estaban diseñados para evitar el contacto directo, Caviezel fue golpeado accidentalmente varias veces.

En una ocasión, el impacto fue tan fuerte que perdió la respiración, y en otra, un latigazo le dejó una herida de 35 cm en la espalda.

Hipotermia y neumonía

La escena

Durante las escenas de la crucifixión, Caviezel pasó largas horas suspendido en una cruz bajo temperaturas heladas, lo que le provocó hipotermia severa.

Su cuerpo entró en estado de shock varias veces debido al frío extremo. “Mis pulmones estaban llenos de líquido y tuve neumonía”, relató el actor.

Dislocación de hombro

Además, su hombro se dislocaba cada vez que alguien golpeaba la cruz. Durante una toma, una cruz de madera de más de 70 kg cayó sobre él, golpeándolo en la cabeza. “Me mordí la lengua y la mejilla. Esa sangre es real y es lo que se ve en la película”, explicó.

Alcanzado por un rayo

Uno de los incidentes más extraordinarios ocurrió mientras filmaban en una montaña en Italia. Caviezel fue alcanzado por un rayo mientras recitaba el Sermón de la Montaña. “Estaba iluminado como un árbol de Navidad”, bromeó, aunque la experiencia fue aterradora.

Sorprendentemente, no sufrió heridas graves, pero describió la sensación como una “tremenda bofetada en los oídos” y un zumbido estático en la visión. Milagrosamente, también sobrevivió Jon Mikalini, un asistente que fue alcanzado por el mismo rayo en dos ocasiones.

Tras el rodaje, Caviezel tuvo que someterse a dos cirugías cardíacas, incluyendo una a corazón abierto, debido a las secuelas de las lesiones sufridas durante la filmación. Finalmente, su salud se estabilizó en 2014.

Transformación espiritual y profesional

Mel Gibson, director de la película y Jim Caviezel durante el rodaje

Aunque Caviezel siempre tuvo fe, interpretar a Jesús llevó su espiritualidad a un nivel completamente nuevo.

La experiencia le permitió comprender de forma más profunda el sacrificio y el amor incondicional, no solo en términos religiosos, sino también en su vida personal.

El impacto de la película también marcó un antes y un después en su carrera. Caviezel comenzó a ser más selectivo con los proyectos, priorizando aquellos alineados con sus valores y su fe.

Uno de los momentos más significativos que compartió fue la conversión de un actor musulmán que participaba en el rodaje como guardia romano.

Según Caviezel, este actor vivió una experiencia espiritual tan fuerte que decidió convertirse al cristianismo.

El actor también destacó que durante las grabaciones el equipo solía orar en el set. “Realmente creo que fue crucial, porque cuando comenzaron a suceder cosas extraordinarias, esas oraciones nos sostenían”, afirmó.

Legado de La Pasión de Cristo

Hoy, Jim Caviezel sigue eligiendo papeles que “digan la verdad” y transmitan esperanza, como en su reciente película Sound of Freedom. Según él, la luz se percibe más intensamente en los lugares más oscuros, y eso es lo que busca reflejar en su trabajo.

La impactante película de Mel Gibson continúa generando controversia, pero nadie puede negar su profundo impacto. No solo conmovió a millones de espectadores, sino que cambió la vida de Caviezel y de todos los que formaron parte de su creación.