Fernando Almada, una de las figuras más icónicas del cine mexicano, ha dejado una huella imborrable en la historia del entretenimiento. Con una trayectoria que abarca más de 500 películas, su vida estuvo marcada por el éxito, el talento y un legado que trasciende generaciones. Nacido el 26 de febrero de 1931 en Huatabampo, Sonora, Fernando Almada fue hermano de Mario Almada, otro gran pilar del cine nacional. Desde joven, mostró interés por el arte, aunque inicialmente decidió estudiar ingeniería. Sin embargo, su verdadera pasión lo llevó a inscribirse en la escuela de actuación de la Asociación Nacional de Actores (ANDA).

Fue en 1935 cuando tuvo su primera experiencia en el cine, con una pequeña intervención en la película Madre querida de Juan Orol. A pesar de este inicio temprano, su carrera cinematográfica despegó años después, en la década de 1960. Su debut formal como actor ocurrió en El correo del norte, dirigida por Zacarías Gómez Urquiza. La cinta fue el inicio de una carrera imparable, en la que compartió créditos con grandes estrellas y asumió roles tanto delante como detrás de las cámaras. Fernando Almada no solo fue actor, sino también productor, director, guionista y argumentista.

Entre sus trabajos más destacados se encuentran Nido de águilas (1963) y Todo por nada (1968), esta última marcando el inicio de su participación como argumentista. En 1975, debutó como director con la película El hechizo del pantano. Durante los años 70, 80 y 90, Fernando y su hermano Mario se convirtieron en representantes del “western mexicano”. Este género, también conocido como “cabrito western” o “chilaquiles western”, tuvo una gran aceptación en México y otros países. Las películas de los hermanos Almada destacaban por historias de justicia, acción y valores familiares, logrando un éxito rotundo en taquilla.

Títulos como El arracadas (1977), 357 Magnum (1981) y La camioneta gris (1990) se convirtieron en clásicos del cine nacional. A pesar de su enfoque en cintas de acción, los Almada también exploraron otros géneros, demostrando su versatilidad como actores. Fernando Almada protagonizó junto a su hermano Mario una de las sagas más recordadas, La camioneta gris, que incluso tuvo una secuela en el año 2000. El impacto de su trabajo fue tal que llenaron salas de cine durante décadas, consolidándose como iconos de la industria. Sin embargo, el éxito de los hermanos Almada no estuvo exento de críticas.

Algunos especialistas consideraban su cine como comercial y de menor calidad frente a otros realizadores como Felipe Cazals o Arturo Ripstein. A pesar de estas opiniones, Salvador Garcini, director y crítico, destacó el valor cultural y popular del cine de los Almada. Según Garcini, los hermanos representan un legado comparable al de figuras como Pedro Infante, Jorge Negrete y Pedro Armendáriz. Fernando Almada continuó trabajando activamente hasta la década de los 90, acumulando más de 80 títulos en esos años. Sus últimas apariciones cinematográficas fueron en La viuda de Chihuahua y Regalo caro, ambas estrenadas en 2003.

Con estas películas, el actor se despidió de las cámaras, dejando un legado que permanece vivo en la memoria de sus seguidores. El cine de Fernando Almada representó una época dorada para el entretenimiento popular en México. Sus historias, aunque sencillas, conectaron profundamente con el público, reflejando valores de justicia y heroísmo. El género western, adaptado al contexto mexicano, encontró en los Almada a sus máximos exponentes. A lo largo de su vida, Fernando recibió numerosos reconocimientos, aunque siempre mantuvo una actitud humilde ante sus logros.

El actor también fue un hombre dedicado a su familia, compartiendo su éxito con aquellos que más amaba. Fernando Almada, quien el 26 de febrero de 2023 cumplió 92 años, dejó este mundo rodeado del respeto y la admiración de sus colegas y seguidores. Su partida marcó el fin de una era, pero su legado sigue vivo en cada película y en el corazón de quienes disfrutaron su trabajo. El triste final de Fernando Almada no solo es el cierre de una carrera legendaria, sino también un recordatorio de su contribución al cine nacional. Hoy, su nombre se encuentra grabado junto a los grandes de la industria, como un simbolo de perseverancia y pasión por el arte. Fernando Almada vivió una vida plena, llena de logros y desafios, siempre guiado por su amor al cine.

Su legado continúa inspirando a nuevas generaciones de cineastas y actores en México y el mundo. Con más de 500 películas en su haber, Fernando Almada será recordado como un pionero y defensor del entretenimiento popular. Su historia es un ejemplo de cómo la dedicación y el talento pueden trascender las barreras del tiempo y la crítica. A pesar de las adversidades, Fernando siempre mantuvo su espiritu indomable, llevando su arte a millones de personas. Hoy, el cine mexicano rinde homenaje a un hombre cuya pasión y trabajo dejaron una huella imborrable. Fernando Almada, gracias por tanto.