Sleep divorce': la tendencia de separar las camas para ser más felices y  dormir mejor

Lan lleva 3 años casada, debería estar en la cima de su matrimonio, pero ahora cada día vive con cansancio, dolor físico y mental.

Todos los días se despierta y se pone a trabajar como una máquina. Cocinar, lavar, cuidar a los niños…así pasa el trabajo.

En este momento, lo único que le da un poco de consuelo a Lan es que todos los días cuando llega a casa puede ver a su pequeño hijo.

Para su marido, Lan ya no sentía ningún amor, sólo desilusión. Está casada desde hace mucho tiempo y, aunque viven bajo el mismo techo, no se diferencian en nada de unos extraños.
Frente a los extraños, su marido siempre se mostró como una persona ejemplar, todos elogiaron a Lan por su buena fortuna. Pero después de cerrar la puerta, su marido inmediatamente se convirtió en una persona completamente diferente, extremadamente indiferente hacia su esposa, casi sin decirle una palabra.

Muchas veces Lan intentó hablar con ella, pero su marido la ignoró y se negó a hablar con ella.

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Frente a estas cosas, Lan estaba demasiado cansado. Al principio, Lan se mintió a sí misma sobre la personalidad de su marido, pero luego se dio cuenta de que sólo se estaba engañando a sí misma.

Lan recuerda que cuando se casó por primera vez, su esposo la mimaba y la amaba. Pero inesperadamente, después de casarse y tener hijos, su marido sugirió dormir separados.

Al principio pensó que su marido hacía eso porque pensaba en ella y en los niños. Pero incluso cuando el niño creció, el marido todavía quería dormir separado. Lan le pidió muchas veces a su marido que volviera al dormitorio, pero él se negó fríamente, diciendo: “Estoy acostumbrado a dormir solo”. Estás a mi lado, no puedo dormir”.

Lan se sintió muy herida. Hizo todo lo que pudo, pero no pudo cambiar a su marido. Durante muchos años Lan quiso divorciarse, pero debido a sus hijos y la reputación familiar, no pudo tomar esa audaz decisión. Ella todavía ama a su marido, pero ya no sabe si él todavía la ama o no. ¿Ella no sabe por qué él es frío, por qué no tiene corazón?

Casados ​​desde hace muchos años pero durmiendo solos… ¿cuánto tiempo podrá Lan mantener este matrimonio? ¡La historia de Lan que se cuenta arriba es probablemente la historia común de muchas mujeres hoy en día!

Cuando se enfrenten al matrimonio, las mujeres comprenderán que hay un tipo de hombre con el que, aunque lo amen, no deberían casarse.

Se puede decir que el matrimonio es la parte más importante de la vida de una mujer. Toda mujer tomará el matrimonio muy en serio, colocándolo en la posición más alta de la vida. Lo que las mujeres quieren es tener un matrimonio feliz.

Pero incluso con necesidades tan sencillas como la comunicación diaria y el cuidado que el marido no puede proporcionar a su esposa, uno se pregunta si ese matrimonio debería seguir existiendo. Hay algunas mujeres que, aunque casadas, no disfrutan de la alegría y la satisfacción que trae el matrimonio. Desde el principio de su matrimonio, se dejaron caer en una especie de desilusión y tormento infeliz.

La gente a menudo aconseja a las mujeres que se mantengan alejadas de hombres promiscuos y abusivos cuando se casan. Sin embargo, hay un tipo de hombre que también atormenta a las mujeres tanto como el marido de Lan mencionado anteriormente: no tiene una aventura, no es violento, pero es desalmado, no quiere comunicarse ni preocuparse por lo espiritual. sentimientos de la esposa

Vivir en una familia donde el hombre no es infiel, no es violento pero es desalmado es un tormento oculto y difícil de describir con palabras para las mujeres. A primera vista, la familia puede parecer pacífica, sin conflictos ni acontecimientos importantes. Pero en el fondo, la esposa lleva una soledad persistente, como si existiera en un espacio compartido pero estuviera completamente abandonada.

Cuando el marido está desatento, la mujer a menudo siente que ya no la escuchan ni la comprenden. Las historias cotidianas que quería compartir, las pequeñas alegrías o las tristezas secretas, todo perdió sentido porque la otra persona no se molestó en responder. El silencio no sólo vació la casa, sino que también profundizó la distancia entre dos personas. Ella no necesita regalos lujosos ni palabras dulces y vacías, sólo necesita una mirada considerada, una pregunta cariñosa o una simple palabra de aliento. Pero todo eso parece un lujo.

Lo más doloroso fue que, en ese silencio, no sabía a quién culpar. El marido no hizo nada terriblemente malo, pero tampoco hizo nada suficiente para hacerla sentir verdaderamente importante. Ella luchaba por encontrar una manera de cerrar la distancia, pero cada vez que intentaba hablar, la mirada indiferente o la evasión de su marido la hacían sentir como si la estuvieran alejando aún más.

Ella no podía quejarse ni lamentarse porque para los demás, ella todavía tenía una “familia perfecta”. Pero en su corazón, ella se sentía como una sombra, pasando silenciosamente los días sin sentir el calor del amor ni de compartir.