La presentadora contó que estuvo tres años sin ver a su mamá, pues ella tuvo que mudarse a Nueva York

Asus 32 años, Clarissa Molina puede estar orgullosa de haber materializado muchos de sus sueños: ser una exitosa presentadora la televisión, convertirse en una prometedora actriz de cine e incursionar en el mundo empresarial. Sin embargo, hace un par de décadas, la vida de la guapa dominicana era totalmente distinta, pues en su infancia vivió un duro momento en el plano familiar. Recientemente abrió su corazón para recordar aquella etapa que la marcó para siempre.

Clarisa concedió una entrevista a Tanya Charry para el segmento En Confianza, del programa El Gordo y La Flaca (Univision), en el que ambas colaboran. Dado el cariño y la confianza que las une, la charla fue especialmente íntima. “Estoy bien, estoy en paz, tranquila, enfocada en mis trabajos, en mis proyectos, en mi familia, en mi papá que ya está en esa edad que ya hay que estar más pendiente todavía”, comenzó diciendo la exreina de belleza.

La presentadora de 32 años contó que su papá tiene ya 79 años y que guarda una considerable diferencia de edad con su mamá. “Mi papá tenía cuarenta y algo y mi papá tenía veinte y pico (cuando nací)”. Clarissa contó que sus padres se separaron cuando ella tenía apenas 12 años. “Papi en estos momentos está solo, mi mamá enviudó, falleció su pareja por covid, desgraciadamente, luego de 17 años juntos”. Sin embargo, Molina contó que, pese a que cada uno vive su vida, están en contacto y “hablan más que nunca”.

© Instagram @clarissamolina


Aunque tomaron caminos separados, los padres de Clarissa lograron recuperar una relación cordial.

Si bien ahora es feliz de ver a sus padres con una buena relación, en su infancia sufrió mucho su separación. “Claro que sí (me dio duro), imagínate, y es como que tú dices ¿y ahora? Tú no sabes qué hacer como niño”, contó. ‘Clari’ recordó que ella se quedó en su natal Santiago de los Caballeros mientras sus padres viajaron a Estados Unidos. “Ahí viví con la mamá de mi media hermana, Isabel, ella se mudó de donde vivía a donde yo vivía porque mi mamá tuvo que irse a Nueva York, mi papá también, entonces me quedo viviendo con ella. O sea, quedo sin mi papá y sin mi mamá a quienes yo veía todos los días de mi vida”, recordó.

“Me acuerdo mucho de esos momentos, más en las tardes, me deprimía mucho, lloraba mucho sola”, confesó. Sin embargo, aseguró que cuando hablaba con sus padres, no les reprochaba nada. “Yo quería que ellos estuvieran bien, ‘como por qué yo tengo que estar en el medio, ¿por qué no se hablan ustedes dos?’. Los extrañaba muchísimo”, admitió.

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Clarissa Molina se separó de sus padres por años cuando ellos se mudaron a Estados Unidos.

Su llegada a Estados Unidos y la separación de sus papás

Tanya cuestionó a su invitada sobre cómo fue que llegó a los Estados Unidos y ella explicó que en aquel momento estaba en el proceso de obtener su documentación para obtener la residencia. “Ya a los 15 años, finalmente, salieron los papeles y nos mudamos… Yo me vine a Nueva York, llego un 2 de julio a Estados Unidos”, relató, explicando que sus hermanos también vivieron el proceso.

Clarissa contó que vio a su mamá hasta que llegó a Estados Unidos. “Ahora que lo veo, duré un montón de tiempo sin verla, yo la vi cuando vine aquí a Estados Unidos y la relación de ellos (sus padres) no estaba muy bien en ese momento”.

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Clarissa Molina tiene una estupenda relación con su mamá.

“Uno ve a sus padres como seres perfectos, pero al final son seres humanos”, reflexionó, y admitió que hoy ve las cosas de manera muy distinta. “Cuando llego aquí trato de aliviar esa relación”, pero no lo consiguió. Clarissa contó que cuando llegó a Nueva York no vivió con ninguno de sus padres, sino en casa de un tío. “Mi papá todavía no tenía donde estar con nosotros, mi papá vivía con uno de sus hijos mayores del primer matrimonio, imagínate dónde iba yo a dormir y mis otros dos hermanos mellizos y también mi otra hermana, éramos cuatro”, explicó. Tampoco pudo vivir con su mamá debido a “los problemas que estaba pasando y papi como que tomó las riendas de todo literalmente. Yo hubiera querido estar con los dos”.

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A cada oportunidad, Clarissa Molina visita a su padre en República Dominicana.

La conductora contó que llegó a sentirse culpable ante la idea de “tomar cualquier decisión, de tomar cualquier acción, de querer más a este o más al otro, de ver a este y no al otro… Era horrible”, señaló. “Yo siento que los padres nunca deben poner a sus hijos en el medio. Son seres humanos al final del día y a veces no saben tampoco cómo manejar las situaciones, pero como un consejo mirándolo desde ahora, sin juzgar a mis padres, como que tratar de nunca poner a los niños de por medio porque no es fácil”, reflexionó.