Chiquis Rivera, hija de la icónica Jenni Rivera, recientemente compartió detalles íntimos de su boda con el fotógrafo Emilio Sánchez durante su podcast «Chiquis & Chill».

La cantante de regional mexicano reveló que la ceremonia, que había mantenido en bajo perfil hasta ahora, contó con la presencia de 80 invitados cercanos.

A pesar de la magia del evento, no todo fue perfecto y estuvo marcado por varios contratiempos que casi convierten su día especial en una tragedia.

Uno de los primeros problemas que enfrentó Chiquis fue el olvido del anillo de bodas de Emilio. Este percance fue rápidamente solucionado gracias a la intervención de su hermana Jenicka, quien logró salvar el momento a tiempo.

Sin embargo, la situación se complicó aún más cuando el maquillista de Chiquis llegó dos horas tarde debido a un vuelo retrasado, lo que puso en riesgo su puntualidad para la ceremonia.

La combinación de estos problemas generó una crisis emocional en Chiquis, quien confesó haberse sentido abrumada.

En ese momento, Emilio Sánchez jugó un papel crucial para calmarla, reafirmando su convicción de que él es su persona ideal.

Esta capacidad de Emilio para brindarle paz en medio del caos fue un recordatorio del profundo vínculo que los une.

Después de superar estos contratiempos, Chiquis y Emilio lograron celebrar su amor frente al altar, en una ceremonia que, a pesar de los problemas iniciales, se desarrolló con momentos de gran emotividad y alegría.

La velada continuó con una recepción donde los invitados disfrutaron de la ocasión, sin embargo, la calma fue efímera.

La verdadera prueba de la noche ocurrió durante el «afterparty» en una discoteca, donde Chiquis y un grupo de 20 invitados se quedaron atrapados en un elevador.

El incidente, que duró dos horas y media, se convirtió en una situación angustiante debido a la falta de oxígeno que comenzaron a sentir.

Chiquis relató que durante esos momentos atrapados en el elevador, el miedo a una posible tragedia fue real.

Afortunadamente, el personal del lugar logró rescatarlos, permitiendo que todos pudieran salir sin mayores daños.

Este evento dejó una marca en la celebración, transformando un momento de diversión en un susto significativo.

A pesar del miedo y la tensión vividos en el elevador, Chiquis y sus invitados decidieron no permitir que este incidente opacara la felicidad de la jornada.