Angela Levin ha criticado duramente a Meghan Markle por afirmar que es “la mujer más acosada del mundo”. Levin sostiene que tales declaraciones no solo son exageradas, sino que también están diseñadas intencionadamente para desviar la atención de otras figuras clave de la realeza. En particular, señala cómo Meghan intentó robar protagonismo durante la visita de Catherine, Princesa de Gales, a Southport, calificando la acción como “espirituosa” y dirigida a desplazar el enfoque mediático.

 

Las declaraciones de Levin resaltan una crítica más amplia hacia Meghan, donde muchos observadores de la realeza han acusado a la duquesa de manipular las narrativas mediáticas en su beneficio. La sincronización de sus afirmaciones, especialmente durante compromisos reales significativos, ha sido interpretada por algunos como un esfuerzo intencionado por crear una competencia por el foco de atención. Esta última acusación se suma al creciente debate sobre el papel de Meghan en la familia real y su enfoque para manejar la atención pública.

 

Mientras tanto, al otro lado del mundo, la reciente visita del Rey Carlos a Australia ha desatado otra controversia. Denominada por algunos como una “gira de despedida”, ha reavivado discusiones entre los republicanos australianos, quienes han aprovechado la ocasión para abogar por romper los lazos con la monarquía británica. Sin embargo, críticos de este movimiento creen que los republicanos están equivocados al menospreciar al Rey, especialmente considerando la larga relación entre Australia y la Familia Real Británica.

A medida que estos temas se desarrollan, Meghan Markle sigue siendo una figura divisiva, con cada movimiento público siendo objeto de escrutinio tanto en el Reino Unido como en el extranjero. Ya sea por su supuesta rivalidad con Catherine o por sus declaraciones polarizadoras, las acciones de Meghan siguen generando debate, dejando su reputación en un estado de incertidumbre.