Amanda del Llano: La Belleza y el Talento que Dejaron Huella en el Cine Mexicano

Chiapas, cuna de grandes artistas y uno de los estados más bellos de México, vio nacer a una de las figuras más deslumbrantes del cine de la Época de Oro. Amanda del Llano, originaria de Cintalapa de Figueroa, Chiapas, dejó una huella imborrable en la cinematografía mexicana, no solo por su indiscutible belleza, sino también por su talento y la manera en que se adelantó a su tiempo, siendo pionera en los desnudos fílmicos.

Los Primeros Años de Amanda

Amanda del Llano nació el 20 de julio de 1920, registrada en Tapachula, Chiapas. Hija de Manuel Llano Renovales, un sevillano que trabajaba en la embajada de España, y de Consuelo Serrano Toledo, originaria de Chapas, Amanda tuvo una infancia marcada por su educación en el estado natal y en la Ciudad de México. Desde temprana edad mostró una fascinación por el arte, la lectura y la poesía, lo que la convirtió en una joven de exquisita sensibilidad. Se graduó como educadora de preescolar en la Escuela Normal de Maestros y comenzó a trabajar como maestra en el Colegio Alemán de la capital.

Sin embargo, el destino tenía otros planes para ella. A principios de los años 40, una revista promovió un concurso llamado “Estrellitas” en 1941, y Amanda resultó ganadora. Este evento fue el punto de partida para su incursión en el mundo del cine mexicano, donde rápidamente se ganó un lugar en las producciones de la época.

Los Primeros Pasos en el Cine

Amanda comenzó su carrera cinematográfica con pequeños papeles en películas como Noche de Recién Casados (1941), donde participó junto a actores como Carlos Orellana y Emilio Tuero. Estos primeros trabajos en el cine fueron el preludio de lo que sería una carrera llena de éxitos y grandes oportunidades. A lo largo de los años 40, se integró en más producciones como Al Son de la Marina, El Gendarme Desconocido, y La Venganza del Charro Negro, donde comenzó a codearse con otros aspirantes a figuras del cine.

No fue hasta 1942 que Amanda logró una gran oportunidad al trabajar junto a Jorge Negrete en Así Se Quiere en Jalisco, una película que la catapultó al estrellato. Sin embargo, fue con el director Miguel Zacarías que encontró su verdadero aliado. Zacarías la eligió para interpretar el personaje de “Adelita” en Me De Comer Esa Tuna (1944), un papel que le permitió demostrar su versatilidad actoral. A partir de ahí, Amanda comenzó a recibir papeles más importantes.

La Época Dorada y la Reconocimiento

Fue en la década de los 40 cuando Amanda del Llano alcanzó su máximo esplendor en el cine mexicano. Su participación en Campeón sin Corona (1947), dirigida por Alejandro Galindo, marcó un antes y un después en su carrera, dándole la oportunidad de trabajar con grandes estrellas como David Silva y Rita Macedo. Durante esos años, Amanda continuó interpretando papeles junto a actores consagrados como Pedro Almendares, y se destacó en la película La Casa Colorada (1947), donde fue fotografiada por el legendario Gabriel Figueroa, uno de los más grandes directores de fotografía del cine mexicano.

Amanda, además de su talento actoral, era conocida por su belleza, y rápidamente se convirtió en un ícono sexual del cine de la época. En películas como Hay Muertos que No Hacen Ruido (1948) junto a Germán Valdés “Tin Tan”, y Fíjate que Suave (1951), compartió créditos con cómicos como Mario Moreno “Cantinflas”, consolidando su imagen como una actriz que, además de drama, podía manejar la comedia con gran estilo.

VIDA Y OBRA DE LA ACTRIZ AMANDA DEL LLANO (1920- 1964). – La Voz del Norte

Pionera en los Desnudos Fílmicos

Durante los años 50, el cine mexicano comenzó a explorar temas más atrevidos, influenciado por el cine erótico europeo. En este contexto, Amanda del Llano se convirtió en una de las figuras más representativas de los desnudos artísticos en el cine. Junto a actrices como Ana Luisa Peluffo y Columba Domínguez, Amanda protagonizó escenas que captaron la atención del público por su sensualidad y por la manera en que combinaban el arte y la provocación.

Películas como El Seductor y La Ilegítima (1952) marcaron su incursión en este tipo de producciones, las cuales no solo buscaban mostrar belleza física, sino también una carga emocional y dramática. Amanda no solo fue una de las figuras más deseadas por los cinéfilos de la época, sino también una de las más respetadas en su industria.

Premios y Reconocimientos

A lo largo de su carrera, Amanda del Llano obtuvo varios premios y nominaciones. Uno de los más destacados fue el Ariel por su coactuación femenina en La Rebelión de los Colgados (1956), un filme que también le valió el reconocimiento por su talento y por la complejidad de su personaje. Su capacidad para transmitir emociones complejas y su fuerza en el set la hicieron una de las actrices más queridas y admiradas.

Legado de Amanda del Llano

Amanda del Llano: la trágica muerte de la actriz que conoció la gloria y el  fracaso en la Época de Oro - Infobae

Amanda del Llano dejó una huella imborrable en el cine mexicano. A lo largo de su carrera, mostró una gran versatilidad como actriz, desempeñando papeles tanto en dramas pasionales como en comedias y filmes de gran carga emocional. Su belleza, junto a su talento innato, la convirtió en un ícono de la época de oro del cine mexicano, y su legado perdura en la memoria de los cinéfilos.

Hoy en día, Amanda del Llano es recordada no solo por su aportación al cine, sino también por su capacidad de romper con los tabúes de la época y su valentía al enfrentar una industria que, muchas veces, ponía límites a las mujeres en el cine. La belleza de Amanda, tanto interior como exterior, sigue viva en la historia del cine mexicano.