Blanca Estela Pavón, una de las jóvenes promesas del cine mexicano en la década de 1940, tuvo una carrera llena de éxitos y una vida marcada por un destino trágico. Nacida en Veracruz el 21 de febrero de 1926, su temprano interés por la actuación la llevó a involucrarse en el mundo artístico a una edad temprana. Su paso por la radiodifusión local fue solo el principio de una trayectoria que la convertiría en una de las actrices más reconocidas y queridas de su época.

En 1949, tras participar en la adaptación cinematográfica del cómic Ladronzuela, Pavón inició una gira con la Caravana Artística “Los Romanceros”, un grupo que realizaba presentaciones por diversas ciudades de México. Su primera parada fue en Tapachula, Chiapas, y luego continuó su gira en el Teatro Macedonio Alcalá de Oaxaca. La gira se desarrollaba con éxito y estaba a punto de regresar a la Ciudad de México, cuando ocurrió el fatídico evento que truncaría su prometedora carrera.

El 26 de septiembre de 1949, mientras se encontraba en el aeropuerto de Oaxaca, la actriz, acompañada por su padre Francisco Pavón, fue informada de que el avión en el que viajarían había sufrido una avería. Aunque el vuelo se retrasaría varias horas, Blanca Estela y su padre lograron obtener un lugar en el primer grupo de pasajeros que abordarían el avión Douglas DC-3. La actriz, visiblemente nerviosa antes del vuelo, hizo extrañas peticiones a sus compañeros de viaje, incluyendo una donación de $500 a la iglesia de San Juan de Dios y que entregaran un retrato suyo al periódico La Calandrina, lo cual reflejaba su inquietud por lo que estaba por venir.

Blanca Estela Pavón: chronicle of a tragedy | Morelia Film Festival

A pesar de las advertencias del piloto sobre las malas condiciones climáticas y las turbulencias severas, el avión despegó a las 12:40 p.m. En la altura, la situación empeoró. El capitán, visiblemente alterado, reportó una grave emergencia a la torre de control. El avión volaba a solo 1,300 pies, lo que complicaba aún más la maniobra. Unos minutos después, la comunicación se cortó abruptamente, y no se volvió a tener contacto con la aeronave.

Fue hasta que los habitantes de los poblados cercanos en Puebla reportaron haber visto un avión a baja altura y una columna de humo en los volcanes que se confirmó lo peor: el avión había impactado contra el macizo rocoso Pico del Fraile. El impacto fue devastador, y aunque las cuadrillas de rescate llegaron rápidamente, solo pudieron recuperar los cuerpos calcinados de los pasajeros, entre ellos, Blanca Estela Pavón y su padre. Los cuerpos fueron transportados en mula a un pueblo cercano, y más tarde, los restos de la actriz fueron llevados a la Ciudad de México para su velatorio.

Quién fue el gran amor de Blanca Estela Pavón - Infobae

La noticia de su muerte conmocionó al país entero. Blanca Estela Pavón era una actriz muy querida y admirada por su talento y belleza. Su partida dejó un vacío en la industria del cine, y su funeral fue un evento de gran trascendencia. Personalidades como Jorge Negrete y Pedro Infante, quienes fueron grandes amigos de la actriz, estuvieron presentes para darle el último adiós. Infante, visiblemente afectado, lloró desconsoladamente y expresó entre lágrimas que también él moriría en un accidente aéreo. Su predicción, que parecía fruto del dolor y la tristeza, se cumpliría ocho años después, cuando Infante falleció en un accidente de aviación mientras pilotaba su propio avión.

Blanca Estela Pavón había nacido en un entorno difícil, pues sufrió de neumonía en su infancia, lo que la mantuvo alejada de la escuela durante dos años. A pesar de este obstáculo, su talento la llevó a destacarse en el mundo de la radio, donde comenzó a incursionar a los 9 años. Su gran oportunidad llegó cuando fue seleccionada para actuar junto a Pedro Infante en Cuando lloran los valientes, una película que le valió el premio Ariel de Plata a la mejor actuación femenina. Sin embargo, fue en Nosotros los pobres (1948) donde alcanzó la fama nacional, ganándose el apodo de “La Chorreada”, y consolidando su carrera en el cine.

Su muerte prematura, a los 23 años, truncó una carrera que aún tenía mucho por ofrecer. A pesar de su corta vida, Blanca Estela Pavón dejó un legado impresionante, y su trágico final inspiró a muchos otros artistas de su tiempo. Su nombre permanece en la memoria colectiva como un símbolo de talento, juventud y una carrera que nunca llegó a alcanzar su máximo potencial. La influencia de Pavón se sintió profundamente en la industria cinematográfica mexicana, y su partida dejó un vacío que nunca sería completamente llenado.