Raúl Velasco: El hombre que dominó la televisión mexicana y su legado controversial

Raúl Velasco es uno de los nombres más recordados y controvertidos de la televisión mexicana. Con una carrera de casi tres décadas como conductor del emblemático programa Siempre en domingo, Velasco se convirtió en el personaje más influyente del medio musical en México durante los años 70, 80 y 90. Su impacto no solo se limitó a la música, sino que también estuvo marcado por su poder sobre la imagen pública de artistas, su trato hacia ellos y las numerosas polémicas que surgieron durante su carrera. En este artículo, repasamos su legado, su lado oscuro y los detalles de su muerte.

Los inicios de Raúl Velasco

Raúl Velasco nació el 24 de abril de 1933 en Celaya, Guanajuato. Provenía de una familia humilde y, desde joven, tuvo que trabajar en diversos oficios como ordeñador de vacas, chofer y mensajero para ayudar a los gastos familiares. Su educación fue limitada, pues apenas cursó la secundaria. En su infancia, sufrió acoso escolar por su origen humilde, y fue apodado “el marino” debido a que su madre lo vestía con un uniforme de marinero. A pesar de estos desafíos, Velasco encontró su camino en el mundo de los medios de comunicación, comenzando como redactor deportivo en su ciudad natal.

El poder de Siempre en domingo

En 1969, Velasco dio el salto a la televisión en el programa Siempre en domingo, un espacio musical que se convertiría en un referente de la televisión mexicana. Durante 29 años, este programa fue la plataforma que lanzó al estrellato a artistas como Vicente Fernández, Juan Gabriel, Luis Miguel, Thalía, Yuri y Maná, entre otros. Velasco tenía la capacidad de decidir qué cantantes podían acceder al público mexicano, convirtiéndose en una figura de autoridad y en un “gatekeeper” del éxito musical en el país.

Sin embargo, no todos los artistas tuvieron una experiencia positiva en su programa. Velasco era conocido por su estilo directo, a menudo hiriente, y no dudaba en hacer comentarios humillantes a aquellos que consideraba menos talentosos o preparados. Por ejemplo, en su primer encuentro con Shakira, el conductor le dio un abrazo incómodo que la cantante nunca olvidó. En otros casos, como el de la cantante Thalía, Velasco no dudó en referirse a ella como “corrientita” en un comentario público sobre su vestimenta.

La figura autoritaria y su lado oscuro

Velasco no solo influyó en la música, sino también en la política y en los círculos más cercanos al poder en México. Su poder en los medios fue tal que se convirtió en objeto de vigilancia por parte de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), los servicios de inteligencia del país, que temían que sus conocimientos sobre las relaciones entre políticos y figuras del espectáculo pudieran convertirse en un riesgo para la estabilidad del gobierno. Los archivos desclasificados revelaron que Velasco fue espiado durante más de tres décadas y que incluso recibió amenazas de muerte, algunas de las cuales indicaban que sería asesinado en pleno programa. La razón de este interés radicaba en la gran influencia que Velasco tenía sobre las audiencias y en la cantidad de secretos que conocía sobre artistas y políticos.

Además, su relación con los funcionarios de alto rango no fue siempre transparente. Velasco promovió la carrera de varios artistas ligados a figuras del poder, lo que le valió tanto admiradores como detractores. A pesar de su éxito, también fue acusado de favoritismo, racismo y manipulación en varios casos, como en el programa Juguemos a Cantar, donde se le señaló de perjudicar a un niño de piel oscura en favor de otro con menos talento.

La muerte de Raúl Velasco

Raúl Velasco murió el 26 de noviembre de 2006 en Acapulco, Guerrero, a los 73 años. Su deceso fue consecuencia de complicaciones relacionadas con una hepatitis crónica que le afectó durante los últimos años de su vida. En sus últimos días, Velasco estaba en proceso de recibir un trasplante de hígado, pero su salud se deterioró rápidamente. A pesar de las controversias en su carrera, su muerte dejó una huella en la industria de la televisión mexicana, pues representó el cierre de una era en la que Siempre en domingo marcaba el ritmo del entretenimiento en el país.

Un legado ambivalente

Raúl Velasco es una figura compleja: por un lado, fue el hombre que impulsó la carrera de innumerables artistas y definió el panorama musical de México durante varias décadas. Por otro lado, su trato hacia los artistas y su influencia política y mediática lo convierten en un personaje lleno de contradicciones. Aunque su legado como conductor de Siempre en domingo es indiscutible, también lo es el lado oscuro de su personalidad, que se reflejó en los momentos de humillación a artistas, sus conexiones con el poder y las múltiples polémicas que lo rodearon.

A pesar de sus defectos, Velasco permanece como una de las figuras más importantes de la historia de la televisión mexicana, un hombre cuya voz fue capaz de definir qué música debía ser escuchada en el país, pero que también dejó una estela de controversia y secretos. Su muerte cerró una página en la historia de la televisión mexicana, pero su figura sigue siendo un tema de conversación, tanto para los admiradores como para los críticos.