Luis Aguilar, conocido cariñosamente como “El Gallo Giro”, fue una de las figuras más emblemáticas de la época dorada del cine mexicano. Su carisma, talento y presencia en pantalla lo convirtieron en un ícono de su generación, siendo aclamado tanto por su voz como por su habilidad para interpretar papeles estelares en el cine y la televisión. Sin embargo, detrás de esa exitosa carrera y su imagen pública llena de energía y simpatía, se esconde una historia de profundas tragedias y pérdidas personales que marcaron su vida de manera irreversible.

Nacido el 29 de enero de 1918 en Hermosillo, Sonora, México, Luis Aguilar provenía de una familia que jugaría un papel clave en su vida. Su madre, Concepción Manso, y su padre, Luis Aguilar, lo guiaron durante su infancia, aunque esta estuvo marcada por la disciplina y la estructura, algo que lo llevó a ingresar al Colegio Militar con la idea de seguir una carrera como ingeniero. Sin embargo, el destino tenía otros planes para él. Su espíritu aventurero lo llevó a Mazatlán, Sinaloa, donde comenzó a practicar la pesca de tiburones, una actividad que marcó el comienzo de su vida como hombre de acción.

En 1941, su vida daría un giro importante al ingresar en el mundo del cine, debutando en la película Soy puro mexicano en 1942. Aunque su participación fue modesta, esta fue solo la antesala de una carrera que lo llevaría a la cima del entretenimiento. En 1943, fue descubierto por el productor Raúl de Anda, quien le ofreció un papel principal en Sota, caballo y rey, un proyecto que catapultó su carrera. Luis Aguilar no solo fue reconocido por su talento actoral, sino también por su imponente voz de barítono, lo que le permitió sobresalir como cantante en la escena del cine mexicano.

Su fama creció rápidamente con una serie de éxitos cinematográficos como Camino de sangre (1945), La Reina del Trópico (1946) y Guadalajara, pues (1946). Fue en 1948 cuando adquirió el apodo de “El Gallo Giro”, gracias a su personaje en El muchacho feliz y El gallo giro. En 1951, su popularidad alcanzó nuevas alturas con la película A toda máquina, en la que compartió créditos con las leyendas del cine mexicano, Pedro Infante y Jorge Negrete. Esta película se convirtió en un hito del cine mexicano y solidificó su estatus de estrella.

Luis Aguilar (1918-1997) - Find a Grave Memorial

A pesar de su éxito en la pantalla grande y pequeña, la vida de Luis Aguilar estuvo marcada por tragedias personales que contrastaban con la imagen pública del actor carismático y exitoso. En 1992, después de décadas de trabajo, Luis Aguilar recibió el reconocimiento más importante de su carrera al ganar el premio Ariel como mejor actor de reparto por su participación en Los años de Greta. Sin embargo, la vida de Aguilar no estuvo exenta de momentos de oscuridad, ya que poco antes de recibir este premio, sufrió la pérdida de su esposa, Rosario Gálvez, quien había sido un apoyo incondicional a lo largo de su vida.

La historia de amor entre Luis Aguilar y Rosario Gálvez fue una de las más admiradas en el mundo del espectáculo mexicano. Después de su divorcio en 1954, producto de sus problemas con el alcohol y el tabaco, Aguilar conoció a Rosario, una talentosa actriz que quedó cautivada por él. Se casaron en 1956 y estuvieron juntos por más de 40 años, compartiendo una vida llena de amor y complicidad. A pesar de los altibajos, incluidos los años en los que Luis luchó con su adicción al alcohol, su relación con Rosario fue un refugio que lo ayudó a superar sus demonios personales.

Popular actor Luis Aguilar — Calisphere

Sin embargo, las tragedias continuaron golpeando a la familia Aguilar. En 1968, el hijo de Rosario de un matrimonio anterior, Roberto, murió trágicamente a los 18 años en un accidente con un revólver de colección de Luis. Este dolor indescriptible afectó profundamente a la familia, pero su amor se mantuvo intacto, siendo la base que los sostuvo durante años de sufrimiento.

A pesar de estos desafíos personales, el legado de Luis Aguilar como actor y cantante sigue vivo en la memoria colectiva de los mexicanos. Su historia no solo es una de éxito y fama, sino también una de superación, amor y dolor. Luis Aguilar, “El Gallo Giro”, dejó una huella imborrable en el cine mexicano, pero su vida también enseñó a muchos que detrás de la fama, siempre hay una historia humana llena de complejidades, sacrificios y momentos de profunda tristeza. Su legado sigue siendo una inspiración para las generaciones venideras.