José Alfredo Jiménez es considerado uno de los compositores más importantes de la música regional mexicana. Su legado sigue vivo a través de canciones que son himnos de la cultura ranchera. Sin embargo, su vida y carrera estuvieron marcadas por varias controversias, muchas de ellas relacionadas con su relación con otros grandes artistas de la época, como Vicente Fernández.

La rivalidad entre José Alfredo Jiménez y Vicente Fernández se ha convertido en una de las historias más comentadas de la música mexicana. Aunque en términos artísticos, Vicente Fernández era un cantante prometedor en sus primeros años de carrera, no fue hasta más tarde cuando realmente alcanzó la fama y el reconocimiento. En contraste, José Alfredo Jiménez ya era un hombre consagrado, un compositor que había escrito canciones interpretadas por grandes leyendas como Pedro Infante y Jorge Negrete. Esta diferencia en estatus fue solo uno de los factores que alimentó la tensión entre ambos artistas.

A lo largo de su carrera, Vicente Fernández fue conocido no solo por su talento, sino también por su fama de coqueto. Según relatos de la época, esta actitud fue una de las principales razones por las que José Alfredo Jiménez no soportaba al “Rey de la música ranchera”. La rivalidad comenzó cuando Vicente Fernández comenzó a cortejar a varias mujeres con las que José Alfredo había tenido relaciones sentimentales. El caso más destacado fue el de Lucha Villa, quien, además de ser una de las figuras más importantes de la música ranchera en su tiempo, también era la musa de inspiración de Jiménez. Lucha Villa no solo era una cantante admirada por su talento, sino que también se consideraba una de las mujeres más bellas de la farándula mexicana, lo que la convirtió en un objeto de deseo para muchos, incluido Vicente Fernández.

Según se cuenta, Vicente Fernández hizo todo lo posible para cantar a dúo con Lucha Villa, lo que incomodó profundamente a José Alfredo, quien no veía con buenos ojos que alguien tan cercano a él intentara conquistar a la mujer que, en ese entonces, era su compañera en secreto. La tensión se agudizó cuando, en 1970, durante la promoción del Mundial de Fútbol en México, los productores decidieron que José Alfredo Jiménez, junto a Lucha Villa, serían los encargados de representar la música mexicana en el Estadio Azteca. Esto molestó aún más a Vicente Fernández, quien había intentado ser parte de esa promoción, pero se vio eclipsado por la figura de Jiménez.

A medida que la carrera de Vicente Fernández despegaba, comenzaron a surgir más fricciones entre ambos. Jiménez veía a Vicente Fernández como un “oportunista”, alguien que no había logrado el éxito por su propio talento, sino por el apoyo de los medios, especialmente de Televisa. Según los rumores, muchos artistas de la época, como Jorge Negrete, no veían con buenos ojos el estilo de Vicente, al considerarlo vulgar y dirigido a un público de clase baja. En comparación, los artistas consagrados de la época como Jiménez se veían como exponentes de una música más sofisticada y refinada.

El distanciamiento entre ambos artistas también estuvo marcado por las canciones de José Alfredo Jiménez. Mientras él estaba vivo, le prohibió a Vicente Fernández grabar sus composiciones, ya que las consideraba inadecuadas para ser “gritadas” al estilo de Fernández. Para José Alfredo, la música ranchera debía tener una profundidad emocional que no se podía lograr con la interpretación “aguda” de Vicente.

Otra causa de conflicto fue el romance entre José Alfredo Jiménez y Alicia Juárez, una joven cantante de 16 años con quien tuvo una relación, a pesar de la diferencia de edad. Vicente Fernández, según se cuenta, también mostró interés por Alicia Juárez y, en ocasiones, intentó cortejarla. Esta situación provocó que la relación entre Jiménez y Fernández se volviera insostenible. En varias ocasiones, incluso se rumoreó que Vicente Fernández tuvo un romance con Alicia cuando José Alfredo se encontraba enfermo, lo que profundizó la animosidad entre ellos.

A lo largo de los años, José Alfredo Jiménez se fue volviendo una persona más amargada, debido a su enfermedad y las tensiones personales. A pesar de que Vicente Fernández seguía asegurando en entrevistas que ambos eran grandes amigos, Jiménez nunca lo reconoció públicamente. La canción “Las llaves de mi alma”, que se le atribuye a Jiménez, también fue motivo de controversia, ya que Alicia Juárez, quien era cercana a ambos, la entregó a Vicente Fernández, quien la presentó como propia, lo que aumentó la animosidad entre los dos artistas.

En resumen, la rivalidad entre José Alfredo Jiménez y Vicente Fernández fue una de las más intensas en la historia de la música mexicana. Mientras que José Alfredo Jiménez se veía a sí mismo como un compositor con una profunda conexión con la tradición ranchera, Vicente Fernández era visto como un “producto de la televisión” por muchos, lo que hizo que ambos se distanciaran aún más. La historia de su enemistad no solo está llena de disputas por mujeres y canciones, sino también por visiones distintas sobre la música y el lugar que cada uno debía ocupar en el corazón del público mexicano.