La vida de Bigi Jackson, en particular como el hijo menor del icónico Michael Jackson, revela un recorrido complejo definido por la privacidad, la introspección y una profunda conexión con el legado de su padre.

Reaparece el hijo menor de Michael Jackson

Mientras que los otros hijos de Michael Jackson, Prince y Paris, se han convertido en figuras públicas por derecho propio (Paris como modelo, actriz y músico, y Prince como filántropo), Bigi ha elegido un camino que lo mantiene en gran medida fuera del centro de atención. Esta elección se alinea con su naturaleza reservada y refleja la forma única en que procesa la fama de su padre, un camino que incluso le valió el apodo de “el niño invisible” debido a su preferencia por mantenerse alejado de la atención de los medios.

Crecer como hijo de Michael Jackson fue una combinación extraordinaria de privilegios y escrutinio. Bigi, cuyo nombre de nacimiento era en realidad Prince Michael Jackson II, llamó la atención del público por primera vez de una manera dramática. En un momento memorable pero controvertido, Michael Jackson presentó a su hijo de 9 meses a los fanáticos en Berlín sosteniéndolo sobre el balcón de un hotel, con el rostro parcialmente cubierto por una manta. Esta imagen desató un frenesí en los medios, lo que llevó a muchos a cuestionar el estilo de crianza de Michael. Sin embargo, Michael aclaró más tarde que simplemente estaba atrapado en la emoción de compartir su alegría con los fanáticos y que nunca pondría intencionalmente a su hijo en peligro. Este episodio marcó el comienzo de la compleja relación de Bigi con la percepción pública y la atención de los medios, que a menudo presentaban a su padre bajo una luz sobreprotectora.

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El deseo de Michael de privacidad y normalidad para sus hijos se convirtió en un tema recurrente, especialmente cuando buscaba protegerlos de las duras realidades de la fama. Michael era dolorosamente consciente de los desafíos que conlleva crecer bajo el ojo público. Habiendo sido una sensación mundial desde los seis años, su propia infancia fue sacrificada a las exigencias de la fama, una realidad de la que esperaba librar a sus hijos. Por lo tanto, Bigi y sus hermanos pasaron sus años de formación bajo una cuidadosa protección, apareciendo en público solo ocasionalmente, generalmente con el rostro cubierto. Las intenciones de Michael a menudo eran malinterpretadas por el público, que a veces lo percibía como excéntrico o demasiado reservado. Sin embargo, las personas cercanas a la familia han confirmado que las acciones de Michael estaban motivadas por su deseo de brindarles a sus hijos la infancia estable que él mismo nunca tuvo.

A medida que Bigi fue madurando, empezó a apreciar las muchas lecciones que le impartió su padre, valores centrados en la compasión, la bondad y el impacto social. En una entrevista poco frecuente en 2021, Bigi reflexionó sobre el legado de su padre y expresó su admiración por el trabajo que Michael hizo para influir positivamente en el mundo a través de la música, la caridad y la defensa de los derechos de las personas. Bigi recordó la importancia que su padre le daba a marcar la diferencia y enfatizó que el sueño de Michael era crear cosas que beneficiaran a la humanidad. Creció viendo los esfuerzos de su padre con la Fundación Heal the World, que se dedicaba a abordar problemas globales como el hambre, la pobreza y el bienestar de los niños. Los proyectos humanitarios de Michael dejaron una impresión duradera en sus hijos, en particular en Prince y Bigi, quienes se esfuerzan por llevar adelante este legado de bien social.

Prince, el hermano mayor de Bigi, ha adoptado un enfoque directo para preservar y expandir el legado caritativo de su padre. Cofundó Heal Los Angeles con un amigo cercano, John Muto, una organización sin fines de lucro inspirada en la visión de Michael de un mundo mejor. Heal Los Angeles se enfoca en brindar recursos educativos, tutoría y servicios esenciales a jóvenes desfavorecidos en Los Ángeles. La misión de la organización refleja la filosofía de Michael de que invertir en los jóvenes es crucial para crear un cambio positivo duradero. Heal Los Angeles ha creado programas personalizados que se centran en la tutoría académica, el desarrollo personal y la capacitación en habilidades para la vida. El objetivo es brindarles a los jóvenes las herramientas que necesitan para prosperar, empoderándolos para superar los desafíos que plantean las desigualdades económicas y sociales.

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A través de Heal Los Angeles, Prince y su equipo trabajan directamente con las comunidades, con el objetivo de comprender y satisfacer sus necesidades específicas. Prince ha hablado sobre cómo la creencia de su padre en el poder transformador de la educación ha moldeado su vida, inspirándolo a garantizar que cada joven tenga la oportunidad de triunfar. Considera a Heal Los Angeles como un vehículo para el cambio social, y espera que su trabajo genere un efecto dominó que afecte a las generaciones futuras. Prince a menudo reflexiona sobre los privilegios que tuvo mientras crecía y siente la responsabilidad de brindar oportunidades similares a quienes tal vez no tengan el mismo acceso a los recursos.

Para Bigi, estos valores y recuerdos han tenido una profunda influencia en su trayectoria. Aunque no ha seguido a sus hermanos en la esfera pública, siente una conexión con las lecciones de vida que Michael compartió y honra el legado de su padre de maneras más personales. Mientras que sus hermanos han asumido roles visibles en la defensa de la visión caritativa de Michael, Bigi continúa explorando su identidad y su futuro a su propio ritmo. En los últimos años, Bigi ha mostrado una mayor disposición a compartir destellos de su vida, expresando gratitud por los esfuerzos de su padre por brindarle una infancia equilibrada y significativa a pesar de las complejidades de la fama.

Los hermanos, aunque tienen enfoques diferentes, comparten un respeto unificado por los valores que Michael les inculcó. A menudo recuerdan las alegrías sencillas que experimentaron con él, como las cenas familiares y el tiempo que pasaban juntos, lejos de la mirada de los medios. Estos momentos los ayudaron a formar un vínculo estrecho, que se fortaleció aún más después del fallecimiento de Michael en 2009. Su muerte marcó un punto de inflexión profundo para la familia Jackson, pero los hermanos se apoyaron mutuamente para superar las consecuencias. Hoy, Prince, Paris y Bigi no solo honran la memoria de su padre, sino que también buscan activamente formas de contribuir positivamente a la sociedad, cada uno encarnando las lecciones que él les enseñó.

Su historia es un testimonio de la influencia duradera del amor y la guía de Michael Jackson, así como de su visión de un mundo donde la compasión y la creatividad pueden generar un cambio real.