En la continua saga de la familia real británica, un nombre que ha permanecido notablemente ausente de la vida pública es el de Prince Archie. Aunque lo hemos visto en algunas breves apariciones, ya sea en un especial de Netflix o en algún otro proyecto real, se ha mantenido fuera de los reflectores. Esto ha dejado a muchos preguntándose sobre la crianza del joven príncipe y qué le depara el futuro conforme crezca. Más específicamente, ¿qué tipo de educación recibirán el duque y la duquesa de Sussex para su hijo, que ya tiene más de cinco años?

 

Meghan Markle bị tố nói dối vì chi tiết tên mẹ đẻ trong giấy khai sinh của bé Archie

 

El tema de la educación de Archie es, como era de esperarse, un asunto candente. Mientras gran parte de su crianza sigue siendo privada, algunas fuentes han ofrecido un vistazo de lo que podría estar por venir. La idea de un sistema escolar tradicional parece quedar en segundo plano, con Meghan Markle, en particular, impulsando un enfoque más controlado e individualizado para su hijo mayor.

Según fuentes cercanas a la familia, se espera que Archie reciba educación en casa, una decisión que va de la mano con la visión de Meghan sobre la educación de su hijo. Estas fuentes han confirmado que tanto Meghan como Harry están interesados en contratar educadores con antecedentes prestigiosos, como graduados de universidades como Oxford, Eton y Cambridge. Según estas fuentes, Meghan es especialmente insistente en esto. Ella busca un maestro que no solo comprenda los rigores académicos requeridos para un joven príncipe, sino que también valore la importancia de la clase social, la etiqueta y las complejidades de la alta sociedad británica.

Es fascinante, ¿verdad? Meghan, una estadounidense que se casó con un miembro de la familia real británica, quiere asegurarse de que su hijo no solo reciba una educación de calidad, sino que también sea criado para comprender el tradicional sistema de clases inglés. Meghan ha mostrado en numerosas ocasiones un gran interés por la cultura británica, especialmente en los elementos tradicionales de la sociedad inglesa. Llegó al Reino Unido con el deseo de experimentar el encanto del mundo antiguo de la aristocracia británica, y ahora parece decidida a garantizar que Archie sea criado a imagen y semejanza de un verdadero caballero inglés.

Este deseo de que Archie reciba una educación impecable, que incluya modales y comprensión de la estructura social británica, va más allá del simple logro académico. Las ambiciones de Meghan para su hijo reflejan un anhelo más profundo por que Archie se adapte perfectamente al mundo en el que alguna vez soñó formar parte. La idea no es solo educarlo, sino moldearlo para que sepa cómo navegar las complejas dinámicas sociales de la élite británica.

Curiosamente, las fuentes sugieren que el príncipe Harry no está tan preocupado por los detalles específicos de la educación de Archie, particularmente en lo que respecta a si el maestro es inglés o no. Parece que para Harry, lo más importante es la base académica, más que el origen del educador. Sin embargo, la postura de Meghan está clara: ella quiere a alguien que encarne los valores de la aristocracia británica y pueda inculcar esas mismas cualidades en su hijo. Para ella, el “pedigrí” del maestro es tan importante como las lecciones en sí. Ella quiere asegurarse de que Archie no solo aprenda las materias básicas, sino también los “modales impecables” que se esperan de alguien en su posición.

Esta insistencia en crear una versión idealizada de la crianza británica para su hijo ha generado reacciones divididas. Por un lado, muchos coinciden en que la educación de Archie es crucial para moldear su futuro. Sin embargo, otros señalan que, no importa cuánto se invierta en su educación, lo que finalmente importa es lo que Archie decida hacer con su vida. No hay garantía de que esta educación altamente estructurada y orientada a las clases sociales dará los resultados esperados. De hecho, muchos hijos de la realeza han decidido forjar su propio camino, a veces alejándose de las expectativas tradicionales.

A pesar de los posibles desafíos, la determinación de Meghan Markle para criar a Archie como un “verdadero caballero inglés” es algo de lo que probablemente no se va a echar atrás. Aquellos en el mundo de la enseñanza con las credenciales adecuadas—particularmente aquellos con conexiones con prestigiosas escuelas británicas—tal vez quieran desempolvar sus currículos. Según fuentes, la búsqueda de Meghan por el tutor perfecto ya ha comenzado, y la residencia familiar en Montecito podría convertirse pronto en un centro de una de las configuraciones educativas más exclusivas y privadas del mundo.

Este enfoque marca un contraste fascinante con la imagen de los Sussex que hemos llegado a conocer. Si bien gran parte de sus vidas ha girado en torno a alejarse de los reflectores reales, abrazar la privacidad y vivir según sus propios términos, está claro que cuando se trata de sus hijos, especialmente de Archie, Meghan está decidida a asegurarse de que esté preparado para un futuro muy específico—uno que combine sus raíces estadounidenses con sus conexiones reales. Cómo se desarrollen las cosas con el paso de los años será sin duda un tema de interés.

Al final, mientras seguimos viendo crecer a Archie, será intrigante observar cómo se maneja el delicado equilibrio entre la visión de Meghan para él y las realidades de su futuro. Si este enfoque le proporcionará a Archie las herramientas necesarias para navegar las complejidades de ambos mundos aún está por verse. Sin embargo, algo está claro: Meghan Markle está comprometida a asegurarse de que su hijo tenga todas las ventajas—tanto académicas como sociales—para tener éxito en el altamente exigente mundo de la aristocracia británica.