Karen Carpenter: La Trágica Historia de una Voz Inolvidable

La historia de Karen Carpenter es un testimonio conmovedor de talento, lucha interna y tragedia. Su voz, considerada una de las más melódicas y distintivas en la historia de la música, cautivó a generaciones enteras. Sin embargo, detrás de esa melodiosa voz, Karen enfrentó un infierno personal que la llevó a la fama, pero también la alejó de la vida mucho antes de lo esperado.

Karen y su hermano Richard formaron el dúo The Carpenters en 1969, sin saber que su historia sería tan marcada por el éxito y la tragedia. Desde su niñez en Downey, California, Karen mostró un amor por la música, especialmente por la batería, aunque su talento vocal la llevaría a un lugar mucho más grande. En 1970, su segundo álbum, Close to You, despegó con dos de sus mayores éxitos: la canción homónima y “We’ve Only Just Begun”. Esta última, nacida originalmente como un comercial para un banco, se convirtió en un himno para bodas y un clásico eterno, mientras que Close to You se posicionó como un número uno en la lista Billboard, asegurando el lugar del dúo en la historia musical.

A lo largo de los años 70, The Carpenters continuaron su ascendente trayectoria con una serie de éxitos que definieron su estilo único, entre ellos “Rainy Days and Mondays”, “Superstar”, “Top of the World” y “Only Yesterday”. Sin embargo, mientras sus canciones conquistaban el mundo, Karen enfrentaba batallas internas que pocos conocían. Aunque era la cara y la voz de la banda, su vida personal estaba marcada por un dolor invisible. Karen luchaba contra la anorexia nerviosa, una enfermedad que no era tan comprendida en su época. El constante esfuerzo por mantener una imagen “perfecta” la llevó a restringir su dieta y a perder una cantidad alarmante de peso.

A pesar de ser nombrada la mejor baterista del año por Playboy en 1975, ese mismo año su salud se deterioraba rápidamente, con un peso que caía peligrosamente hasta los 45 kilogramos. La presión por cumplir con las expectativas del público y de su entorno la llevó a consumir cantidades extremas de pastillas y laxantes, e incluso a recurrir a métodos como el jarabe de ipecacuana para inducir el vómito. Mientras tanto, su hermano Richard, aunque exitoso como compositor y arreglista, lidiaba con sus propios problemas, como la adicción a los sedantes. Ambos hermanos, aunque unidos por la música, enfrentaban demonios personales que nadie veía.

La vida de Karen tomó un giro aún más dramático cuando intentó lanzar su carrera como solista. En 1979, tras completar un álbum en solitario producido por Phil Ramone, la discográfica no estuvo convencida con el proyecto, y fue archivado. El mayor obstáculo vino de su propio hermano Richard, quien, celoso de que su hermana pudiera eclipsarlo, se opuso rotundamente a que el álbum viera la luz. El conflicto familiar y profesional fue una de las muchas dificultades que Karen tuvo que enfrentar.

En 1981, Karen se casó con Tom Burris, un hombre cuya situación financiera era precaria. El matrimonio se desmoronó rápidamente, y en 1982 Karen se sometió a una intervención médica urgente debido a su extrema delgadez. Aunque intentó recuperarse, su salud continuó siendo una preocupación constante. Ese mismo año, el dúo lanzó su último álbum, Made in America, que incluía el sencillo “Touch Me When We’re Dancing”, su último top 40 en las listas de éxitos. Sin embargo, los rumores sobre su salud mental y física no cesaban.

El 4 de febrero de 1983, Karen falleció trágicamente a los 32 años debido a complicaciones relacionadas con la anorexia nerviosa. Su muerte fue un golpe devastador para su familia, sus fans y la industria musical. La presión sobre su imagen y el contexto familiar que la rodeaba se convirtieron en factores clave en su deterioro físico y emocional.